◕ Takami Keigo, Dabi ◕

31.9K 1.7K 1.1K
                                    

Pedido realizado por: Silver_Saint

Ya queda menos. 🙂🔫

Dije que pondría gifs suaves para que no me cancelaran el libro otra vez, pero me he cansado. 🙂

Antes esto tenía ya 15K estrellitas AHHH. Puto Wattpad. No es lo que más importa, pero sí hace que arda el corazón. 😔

°°°

—La nueva se ha hecho popular, ¿eh?

Takami dejó el vaso de agua en la mesa, se relamió los labios y se dio la vuelta, divisando a la alumna transferida desde Alemania.

—Bueno, es la novedad —comentó Keigo alzando las cejas con diversión al ver los chicos que se le insinuaban.

Dabi vio cómo su amigo descendía los ojos lentamente, pasando de mirarle el rostro a mirarle las piernas desnudas (pues aún no le habían dado el uniforme, era verano y Krista, la alemana, se había vestido a su gusto), y él no pudo evitar que una brillante idea apareciera en su cabeza y acompañó ese momento Eureka con una sonrisa de lado cargada de picardía y malevolencia.

—Hagamos una apuesta.

—¿Hm? —preguntó el rubio apoyándose en las patas traseras de la silla para poder observarla mejor.

—Te apuesto cien pavos a que no puedes acostarte con ella antes de que acabe la semana.

Esa oración se robo íntegramente la atención de Takami y el aludido frunció el ceño.

—Eres un vulgar —se burló Keigo con falsa modestia.

—Perdone mi vocabulario, Chicken Man —replicó Dabi poniendo los ojos en blanco—. Doscientos pavos.

—Si es por dinero no te preocupes, que pasta no me falta —repuso negando con cierta irritación.

—Pues entonces... —reflexionó mirando a Krista; en ese momento sus ojos coincidieron y la muchacha le sonrió, simpática—. El que pierda le hará los deberes al otro por un trimestre.

Takami volvió a beber agua, sopesando los puntos positivos y los negativos.

—No me digas que no te atreves —se burló Dabi con malicia.

—Dos trimestres —respondió al acto devolviéndole la expresión picarona.

—Hecho, pero, recuerda, solo una semana. Para el lunes que viene ya debes haberte metido entre sus piernas.

—No me puedo creer que son esa boca beses a tu madre.

Cuatros días después, es decir, el viernes, Takami ya se había hecho amigo de Krista y había logrado almorzar cada día con ella en la cafetería con confianza suficiente como para realizar movimientos cariñosos que en vez de incomodarla parecían divertirla.

Nadie notó nada sospechoso en esa inesperada amistad, pues ambos eran los más populares del curso y ninguno de sus compañeros encontró extraño que hubieran acabado forjando una amistad.

Keigo, que había pensado que a Krista se le habría subido a la cabeza su popularidad por ser extranjera, resultó ser todo lo contrario a lo que el rubio creyó. Era divertida, simpatiquísima y muy educada y con un toque de orgullo que Takami admiraba cuando salía a relucir; también tenía agallas y se defendía cuando debía y por eso Keigo la honraba aún más.

Sin embargo, a pesar de que al muchacho le caía bien la joven, él no se había olvidado de la apuesta que había hecho con Dabi. Seguía trazando el plan dentro de su cabeza con el cual, hipotéticamente, ella caería en sus redes y podría llevársela a la cama. Pero todo estaba resultando demasiado complicado, puesto que cuando él iba a realizar el movimiento definitivo que acabaría de seducirla, una vocecilla interior le decía que no lo hiciera y Takami acababa haciéndole caso, dejándola ir cuándo podría haberla, como mínimo, besado.

El libro prohibido de BNHA (+18)Where stories live. Discover now