xiv. Fear

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act one. chapter fourteen.
FEAR

Las cosas no mejoraron para Maia en los días siguientes a la entrada de Black al castillo. Las miradas, que habían comenzado a disminuir gradualmente, estaban peor que nunca. Cada vez que la chica pisaba un lugar, todos los ojos se clavaban en ella.

Pero pronto Maia descubrió algo positivo de haberse acostumbrado a esto durante todo el año. Ya no era tan terrible como antes. Ya era familiar al miedo de los estudiantes más pequeños y el desprecio de los más grandes. 

En la casa Slytherin, que eran los únicos a los que Maia les prestaba la suficiente atención, no había habido ningún cambio en el trato. Aunque probablemente eso tenía que ver mucho con Draco. 

Draco no se había despegado de ella ni un solo segundo desde que la había visto entrado con los ojos llorosos luego de su charla con Lupin (de la que, por supuesto, nunca se enteró). 

Maia le contó como había sido citada a hablar con el director. Por alguna razón, omitió la presencia de Potter allí. ¿De qué lo estaba protegiendo? Draco escribió una furiosa carta a su padre, quien dijo que tendría una cita con Dumbledore en cuanto fuera posible.

Su primo caminó junto a ella a todas las clases y también se sentó a su lado. Nadie se atrevió a acercarse demasiado a ella ni decir nada. Maia se aferró a su primo como siempre lo había hecho, apoyándose en él como el siempre le había dicho que lo hiciera.

Maia no volvió a mirar en dirección a Potter. No quería saber si la estaba mirando o no, si había culpa, curiosidad o odio en su mirada. No lo quería saber.

Con la única que hablaba aparte de Draco era con Granger. 

Maia no sabía como sentirse al respecto, encontrando tanto consuelo en la compañía de una nacida de muggles. Pero de alguna manera, había sido la única que no la había mirado como si fuera una asesina en todo ese tiempo. Además, Granger seguía sin hablarse con Potter y Weasley. Pronto, luego de tanto tiempo compartido, la chica le había contado la razón.

"¡Mi gato hizo lo que hacen todos los gatos!" se defendió, aunque Maia no hubiera dicho ni una palabra. "Además Scabbers, la rata de Ron, está todo el día sin hacer nada, no entiendo cual es la diferencia." repuso.

Maia no supo bien que decirle, el argumento le parecía algo banal, pero no le importaba demasiado de todos modos, y no quería escuchar una palabra sobre Potter, así que cambio rápidamente de tema. "He terminado Orgullo y Prejuicio, creo que ahora me gustaría leer Mujercitas." dijo.

Desde aquel ejemplar de Cumbres Borrascosas que Granger le había prestado hace unos meses, no había hecho otra cosa que leer libros muggles. Se sentía culpable, si, pero las páginas la atrapaban demasiado. Había tomado precauciones, de todos modos, y no había manera de que alguien se enterara.

Una nueva visita a Hogsmade fue prevista para el fin de semana. 

"No se si quiero ir." le dijo a Draco, cuando miraban el tablero de anuncios donde lo ponía.

"¿Y eso por qué?"

"No me pareció que hubiera mucho más para ver." se encogió de hombros.

"Venga." la animó Draco. "Un poco de distracción te hará bien, no tenemos que ir con Crabbe y Goyle, sé que no te agradan. Pero quizás con Ryo y Pansy sería divertido."

De modo que el sábado a la mañana, Maia caminaba, envuelta en un gris saco de piel que llegaba sus tobillos, hacia el pueblo mágico. Pansy contaba animadamente una anécdota a la que Maia no prestó atención y Draco reía. Incluso Ryo parecía entretenido.

Moonlight  ✺  Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora