iv. Quidditch World Cup (2/3)

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act two. chapter four.
QUIDDITCH WORLD CUP (2/3)

"Maia." La voz de Draco la despertó suavemente. "Maia."

Maia abrió los ojos, confundida. "¿Qué pasó? ¿Ya es de día?"

Al ver a su primo, pudo ver que éste ya estaba vestido. "No." dijo él. "Pero tenemos que irnos."

La chica se enderezó. "¿A dónde?"

Su primo no lucía preocupado, pero sí serio. Ya estaba vestido, con pantalón y saco negros de vestir. "Venga, vístete." dijo, antes de irse a su habitación.

Maia se paró lentamente de la cama, obedeciendo y dirigiéndose hacia la muda de ropa que había dejado allí la noche anterior. Se vistió apresuradamente y luego cruzó el pasillo hacia el otro cuarto. "¿A dónde, Draco?"

Fuera aún se oían los gritos de festejo y canticos de las hinchadas. El chico no le respondió. Le dio la espalda y comenzó a guardar cosas en el bolso. Maia vestía un saco y una falda azul oscuros, con unas medias de seda blancas. La evasión de su primo la estaba poniendo más nerviosa. "¿Draco, a dónde tenemos que ir?"

"Solo toma tus cosas, Maia."

"¿Qué cosas?"

"Todas tus cosas."

"¿Ya no volveremos a la tienda?"

"No."

"¿Por qué no me avisaste ayer que nos iríamos tan temprano?"

La única respuesta de Draco fue un bufido impaciente.

Maia frunció el ceño. Mientras volvía a buscar sus cosas al otro cuarto prestó más atención a los ruidos de fuera. Había algo extraño en ellos. Si bien los gritos eran de una gran cantidad de personas a la vez, no parecían sonidos agradables. No eran canticos y alientos. Al contrario, parecían ser de terror.

Maia sintió su garganta cerrarse y su corazón latir con fuerza. Sus respiraciones se agitaron e instintivamente, salió corriendo a la habitación de al lado. "¿Draco, donde están tus padres?"

Draco continuaba sin mostrar ninguna alarma o desconcierto por la situación. "Salieron. Nos encontraremos con ellos más tarde."

Junto a los gritos aterrados del afuera, se escuchaban pasos apresurados, como si hubiera gente corriendo. "Por favor, Draco, dime que está pasando." suplicó Maia.

"Nada malo, Maia, lo prometo. Nada de lo que te tengas que preocupar." Draco se acercó a ella y tomó su brazo. "Pero vamos, no podemos quedarnos aquí."

Draco la arrastró del brazo fuera de la tienda. A la luz de los escasos fuegos que aún ardían, pudo ver a gente que corría hacia el bosque, huyendo de algo que se acercaba detrás, por el campo, algo que emitía extraños destellos de luz. Llegaban hasta ellos abucheos escandalosos, carcajadas estridentes y gritos de borrachos. A continuación, apareció una fuerte luz de color verde que iluminó la escena. A través del campo marchaba una multitud de magos, que iban muy apretados y se movían todos juntos apuntando hacia arriba con las varitas. Maia entornó los ojos para distinguirlos mejor.  Parecía que no tuvieran rostro, pero luego comprendió que iban tapados con capuchas y máscaras. 

Maia apretó su cuerpo contra el de Draco. "Draco, ¿esos son...?"

"Sí." Maia observó la cara de su primo, a diferencia de ella, no había el menor rastro de temor. Al contrario, sus ojos brillaban. Draco observaba la escena como quien observa una obra de teatro. Una obra de teatro que gusta más de lo que debería. Maia se sintió estremecer de pies a cabeza.

Moonlight  ✺  Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora