v. Quidditch World Cup (3/3)

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act two. chapter five.
QUIDDITCH WORLD CUP (3/3)

tw: ataque de pánico.

Un grupo de adolescentes en pijama discutía a voces, un poco apartados del camino. Al ver a Stefan, Harry, Ron y Hermione, una muchacha de pelo espeso y rizado se volvió y les preguntó rápidamente: "Où est Madame Maxime? Nous l'avons perdue..."

"Eh... ¿qué?" preguntó Ron.

Pero Stefan respondió. "Desolé. Je ne sais pas qui est Madame Maxime."

"¡Oh...!" La muchacha que acababa de hablar le dio la espalda, y, cuando reemprendieron la marcha, la oyeron decir claramente: "Ogwarts."

"Beauxbatons." murmuró Hermione.

"¿Cómo?" dijo Harry.

"Que deben de ser de Beauxbatons." explicó Stefan. "Ya saben: la Academia de Magia Beauxbatons..."

Sus tíos habían querido enviar a Maia allí en lugar de a Hogwarts. También habían tenido la intención de que Stefan y Draco fueran a Dumstrang. Pero Narcissa no había querido estar tan lejos de Draco y Draco no había querido separarse de Maia. Por lo tanto los tres terminaron en Hogwarts. A veces Stefan desearía que lo hubieran enviado lejos, para no tener que verles las caras a ninguno nunca más. Pero luego recordaba a toda la gente que había conocido en Hogwarts. A los Weasley, a Hermione, a Harry, a sus amigos de Ravenclaw.

"No sabía que sabías francés." le dijo Harry.

Stefan se encogió de hombros. Había muchas cosas que no sabían.

"Fred y George no pueden haber ido muy lejos." dijo Ron, que sacó la varita mágica, la encendió como la de Hermione y entrecerró los ojos para ver mejor a lo largo del camino. Stefan se mantuvo con las manos en los bolsillos.

Harry comenzó a rebuscar para agarrar la suya. "No, no lo puedo creer... ¡He perdido la varita!" exclamó el ojiverde.

"¿Bromeas?" Ron y Hermione levantaron las suyas lo suficiente para iluminar el terreno a cierta distancia. Harry miró a su alrededor, pero no había ni rastro de la varita.

Stefan ni siquiera se molestó en ayudar en la búsqueda. "A lo mejor te la has dejado en la tienda." sugirió.

"O tal vez se te ha caído del bolsillo mientras corríamos." dijo Hermione, nerviosa.

"Sí" respondió Harry ", tal vez..."

Un crujido los asustó a los cuatro. Winky, la elfina doméstica del señor Crouch, a la que habían conocido horas atrás, intentaba abrirse paso entre unos matorrales. Se movía de manera muy rara, con mucha dificultad, como si una mano invisible la sujetara por la espalda "¡Hay magos malos por ahí!" chilló como loca, mientras se inclinaba hacia delante y trataba de seguir corriendo. "¡Gente en lo alto! ¡En lo alto del aire! ¡Winky prefiere desaparecer de la vista!" Y se metió entre los árboles del otro lado del camino, jadeando y chillando como si tratara de vencer la fuerza que la empujaba hacia atrás.

"Pero ¿qué le pasa?" preguntó Ron, mirando con curiosidad a Winky mientras ella escapaba "¿Por qué no puede correr con normalidad?"

"No debe tener permiso para esconderse." asumió Stefan. Los elfos domésticos de la Mansión Malfoy eran así. La mayoría se auto-inflingía daño luego de haber cometido una falta.

"¿Sabéis? ¡Los elfos domésticos llevan una vida muy dura!" dijo, indignada, Hermione. "¡Es esclavitud, eso es lo que es! Ese señor Crouch la hizo subir a lo alto del estadio, aunque a ella la aterrorizara, ¡y la ha embrujado para que ni siquiera pueda correr cuando aquéllos están arrasando las tiendas de campaña! ¿Por qué nadie hace nada al respecto?"

Moonlight  ✺  Harry PotterWhere stories live. Discover now