act one. chapter eight.
IT COMES AND GOES IN WAVES
☾
Madame Pomfrey la hizo quedarse en la enfermería durante el resto del fin de semana.
"No hay necesidad, Madame Pomfrey, de verdad." trató de insistir Maia, pero no hubo caso.
"Estás muy débil. No has estado durmiendo nada en estos días, ¿a qué no? Descansar aquí te hará bien."
Draco pronto vino a verla, con una preocupación que no había visto en mucho tiempo. Tenía el pelo revuelto y la corbata mal anudada, como si se hubiera levantado de la cama y venido corriendo.
"¿Qué fue eso?" fue lo primero que dijo, en voz demasiado alta, apenas llegó a la enfermería a primera hora del domingo, ganándose una mirada asesina de Madame Pomfrey.
Maia suspiró. "No lo sé."
No quería contarle a Draco sobre los gritos de súplica que había escuchado como si todo estuviera sucediendo de nuevo. No quería contarle como había revivido el peor momento de su vida de manera mucho más real que en sus sueños.
No quería preocuparlo.
"No me debería haber afectado tanto, es solo porque no he estado durmiendo mucho." dijo en cambio, con voz baja, tratando de apaciguarlo. Le fatigaba tan solo hablar.
"Maia... ¡te desmayaste en el medio de las gradas!"
"Ya sé." La chica miró de reojo, nerviosa, a la cama donde aún dormía Harry Potter, temeroso de que su primo lo despertara. Reprimió apretar los ojos ante el recuerdo de su confesión la noche anterior.
"Te pusiste completamente pálida, lucías aterrada y yo decía tu nombre pero no respondías..." Por la expresión de Draco, parecía que estaba reviviendo una y otra vez el momento en su cabeza.
Maia también se estremeció, recordando como se había sentido completamente alejada de la realidad. "Nada que no haya sentido antes." dijo, llanamente. Las palabras salían perezosas de su boca. "Lo único es que he estado durmiendo poco, me lo dijo Madame Pomfrey."
Draco asintió. "Lo sé." Dudó apenas antes de hablar. "Quiero que vuelvas a casa." dijo. "Le diré a mamá."
Maia se cubrió el rostro con las manos. "No, Draco."
"Dijiste que podrías mantenerlo todo bajo control si estabas aquí. No puedes estar haciendo escenas de ese modo adelante de todo el mundo." El tono de su primo era duro, pero su mirada preocupada.
Maia se mordió el interior de la mejilla, reprimiendo el llanto. "No lo pude controlar."
"Lo sé, por eso mismo."
"No volverá a pasar, lo juro." Draco la miró con seriedad, ella lo observaba con ojos suplicantes. "No quiero estar lejos de ti."
Las últimas palabras ablandaron un poco a Draco. "Lo entiendo." dijo, con más suavidad. "Pero padre y madre me culparán a mí si sigues así. Sabes que da una mala imagen de la familia."
Eso era todo lo que era. No sobre como se sentía Maia. Era sobre imagen, familia, status. Pero eso Maia ya lo sabía. "No se volverá a repetir, lo prometo."
Draco se sentó en la silla junto a su cama, ya que se había mantenido parado todo el tiempo. Habló en un tono mucho más bajo. "Solo quiero cuidarte."
Maia imaginó lo que estaba viendo Draco. A su débil y asustada prima, con la cara pálida y los ojos llorosos, recostada en la cama del hospital. Lo miró con expresión fatigada. "Lo sé, lo siento." Luchó para que su voz no se quebrara. "Es que estoy muy cansada."
