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La siguiente mañana despertaste antes que Jazier y decidiste desayunar en el patio —Mi Reina, no esperara por su esposo — dijo Alissa tú sirvienta más cercana

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La siguiente mañana despertaste antes que Jazier y decidiste desayunar en el patio —Mi Reina, no esperara por su esposo — dijo Alissa tú sirvienta más cercana.

—El puede desayunar por si mismo — finalizaste poniendo la taza de te en la mesa.

Cuándo Jazier despertó tres horas después ya no estabas en la cama. Se molestó al saber que lo estarías esperando para desayunar, siempre insistías con desayunar junto a el.

El comedor estaba vacío, comprendía que su familia no estuviera pero ¿tú?

No se preocupó tanto por ello, siempre insistía con tener un desayuno en su oficina. Finalmente le habías cumplido su deseo.

Había pasado una semana desde el acontecimiento, tus conversaciones con en las mañanas se habían acortado drásticamente.

—Buenos días — era lo único que decías por ser el Rey antes de empezar a desayunar y sostener conversaciones con su hermanita pequeña. Se mostró un poco extrañado por tú falta de habla hacia el estos últimos días.

Ya no le pedías tener una caminata en el Jardín. —¡Gaitlyn! — llamaste a tú suegra para que ambas hablaran —Hay un nuevo festival en el Sur — ella hablaba mientras caminaban por el Jardín y la pequeña Zurey las seguía.

Descubriste lo increíble que era pasar tiempo con personas que si les interesaba estar contigo o simplemente disfrutar estar solo contigo misma.

Ahora te encontrabas viendo dos vestidos y no te decidías cuál elegir. Jazier se sentaba frente a la chimenea mientras te observaba silenciosamente.

Tus rostro concentrado en los vestidos —Si no te parecen ninguno de esos vestidos puedo comprarte cuántos quieres, querida esposa — rompió el silencio.

—¿Y tú porqué harías eso? — preguntaste genuinamente confundida por su extraña actitud —No hay necesidad — dijiste escogiendo el vestido rojo y pasaste al lado de el directamente al baño.

Jazier salió del cuarto y te adentraste en la bañera lista para ti con agua tibia. —Alissa... — la llamaste mientras ella te limpiaba con la esponja —Señorita — mostró su atención —Tienes hijos — preguntaste interesada.

Alissa se vio confusa —Disculpa mi falta de respeto — te acostaste en la tina de nuevo —No es nada, Mi Reina. Bueno tengo 4 hijos y 11 nietos , así que viven conmigo y mi esposo — finalizó.

—Suena cómo una linda familia — el cumplido la lleno de alegría —Gracias mi reina — ella sonrió —Me gustaría conocer a tú familia — le mencionaste mientras echaba agua en tu cabello —Cuándo pueda yo la llevaré a mi casa, sólo esperó que no se decepcione cuándo no sea un castillo — ella bromeó y te carcajeaste.

—Alissa, ire a visitar a mis padres. Te agradecería si no le dijeras a Jazier — dijiste mientras te peinaba y ella asintió.

El hogar de tus padres era 5 horas en carruaje así que no regresarías hasta en la noche.

Lo cuál hiciste, era casi hora de la cena cuándo regresaste pero viste el castillo en completo desastre con muchos soldados corriendo por el lugar.

Te sentaste en la mesa junto a Jazier el cuál se miraba molesto y con una pizca de alivio al verte de vuelta. —¡¿Dónde estabas?! — exclamó al verte —Fui a dar una vuelta — dijiste cortante

—¡No me mientas! ¡Dime dónde estabas, soy tú Rey! — alzo la voz —¡¿O que?! Me va a cortar la lengua, mi Rey — exclamaste y todos en la mesa cayeron en un incómodo silencio.

—Me disculpó por mi arrebato — dijiste mientras comenzabas a comer.

Ambos caminaban por el pasillo hacia su habitación —Visite a mis padres en Rhyrel — mencionaste el nombre de la cuidad dónde vivían tus padres.

—Creí que no te molestaría ya que siempre visitas a personas y nunca me avisas — mencionaste y el se detuvo en seco.

Siempre supiste de Grizel, nunca le dijiste a tus padre nada de eso ¿Porqué? —¿Algún problema, Rey Jazier? — cuestionaste su repentina acción.

Había tomado el hábito de ahora llamarlo por un nombre formal lo cuál sentía increíble incómodo.

—Tengo una propuesta — ambos estaban sentados en el jardín —Puedes tener tener cuantas amantes desees, puedes traer a tus bastardos al castillo y yo los reclamaré cómo míos. Tienes libertad de hacer lo que desees de ahora en adelante — hablaste mientras sorbías el té.

—¿Cuál es tú punto? — preguntó Jazier un poco extrañado —Quiero que me hagas tú Co-Regente — finalizaste.

—¿Ya eres reina del Norte? ¿Que diferencia haría que fueras mi Co-Regente? — preguntó confundido —En este lugar al ser la reina sólo significa que soy tú esposa, no que tengo ningún poder sobre esté lugar. Sólo soy un instrumento para crear bebés en lo que ni tú ni yo tenemos interés —

—Pero si me nombras tú Co-Regente, soy tú igual, tengo una silla en la mesa de conferencia y igual poder que tú. Si me nombras tú igual llevaré tú tropas a la victoria y te ayudaré a regir tú reino hacía su edad de oro — le prometiste y el pareció pensar

—Aceptó. — finalizó y ambos estrecharon manos.

The Other WomanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora