Sabías que tu matrimonio con Jazier Galrath, rey del Norte era meramente político pero aun así no podías evitar no sentirte mal al saber que el corazón de tu esposo no era realmente tuyo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Mi reina, permítame — el Maester se disculpó mientras se acercaba al hombre en la cama —Está hirviendo en fiebre, su corazón palpita demasiado rápido — daba los diagnósticos sobre el hombre.
—¡Su fiebre está incrementado! ¡Creí que eran maesters de verdad! — gritaba Dyannelly —¡Mi señora, no sabemos cuál es el veneno que se le fue dado al Rey, cada uno de nuestros medicamentos lo empeora! — exclamaba el maester aterrado.
—Dyannelly, ven conmigo — la llamaste mientras entrabas a la oficina de Rhaegall buscando un pedazo de papel —Tengo una amiga en los continentes libres, ella podrá ayudarnos — dijiste mientras comenzabas a escribir la carta, unos susurros salieron de tus labios y la carta fue quemada.
—Tu amiga es una bruja — asumió Dyannelly —Estoy desesperada, salvaré a mi esposo a cualquier costo — exclamaste mientras veías por la ventana pero esa respuesta asombro a Dyannelly
Una mujer pelirroja se encontraba en la entrada del castillo —¡Vamos! — levantaste la falda de tu vestido para correr más rápido y Dyannelly te siguió —Déjenla entrar — ordenaste.
—¡Lyannah! — la llamaste mientras la mujer de tu edad te seguía por el castillo —¿Confías en está mujer? — Dyannelly te sostuvo del brazo abruptamente —Con mi vida — aseguraste y ella te vió a los ojos cómo si te confiara ciegamente.
—¡Fuera todos! ¡No han hecho nada! — gritó Dyannelly mientras todos salían despavoridos para no invocar la irá de la reina —¿Le diste la hierba del corazón? — preguntó Lyanna y asentiste.
—Ayúdame a quitarle la ropa — la mujer instruyó y tragaste toda tú vergüenza y lo hiciste —Creó que con la camisa está bien — dijiste y Lyannah asintió vencida.
El abdomen de Rhaegall estaba llenó de marcas rojas en la piel del tamaño de una bola de golf. —Esté veneno es muy extraño, esto no sólo ataca el cuerpo, ataca su alma. La persona que hizo este veneno debía odiarlo mucho — explicó Lyannah.
—¡Sus majestades! Capturaron a Cathys — uno de los hijos de Phebie entró violentamente al cuarto pero rápidamente se disculpó por su insolencia.
Cathys se encontraba atada a una silla, su rostro llenó de moretones —¡¿Porqué trataste de matar a mi hijo, maldita golfa?! — Dyannelly puso su mano en el cuello de Cathys aplicando presión sobre esta.
—Yo amo al Rey, nunca haría nada para lastimarlo — la mujer lloró —¡Mi plan era asesinarla a ella! — escupió en tú dirección y te echaste para atrás.
—No sabía que debían intercambiar copas, mis planes fallaron — dijo la mujer —¡¿Que es ese veneno?! ¡Cómo lo revertimos! — ahora eras la que gritaba.
