•|CAPÍTULO 6: PUESTA EN ESCENA.

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Adelaine. 


Uno. Dos. Tres. Cuatro.

Uno. Dos. Tres. Cuatro.

Repito la secuencia mentalmente tratando de mantener mi respiración regular.

El estómago me duele tras haber desechado el desayuno en los baños de la academia, la pared de espejos me devuelve mi reflejo mientras mi compañero me sostiene.

Estoy trabajando día y noche aprendiendo las escenas sobre el papel de Odette. El sudor me recorre por las sienes y el cansancio presiona para hacerme parar en cualquier momento.

Angelique respira agitadamente recargada en la barra y por su rostro se que está maldiciendo a Lacroix.

Vuelvo mi atención al punto fijo de la pared, siento la mirada de todos como lava ardiente porque se están esperando alguna falla.

Respiró profundamente dejando que la música llegue a mi como siempre. Amo esto más que a nada pero no la presión en todos los aspectos de mi vida.

—¡Paren!—mis pies se detienen abruptamente ante la voz de la profesora.

Mi pecho sube y baja tan rápido que trago saliva con dificultad.

Elevo el rostro junto con Ramsés que me sonríe con algo de cansancio.

Somos buenos en esto. Él es bueno.

—Vanessa lo hizo bien...—le susurré bajito.

—Pero tú lo hiciste excepcional.—me reprende en el mismo tono de voz.

Suspiro jugando con las yemas de los dedos mientras Lacroix hace sus anotaciones en la pequeña libreta que sostiene, se acomoda las gafas en pasta dura y me atrevo a analizarla. Cinco de nosotras estamos al borde del cansancio pues no deje pasar la oportunidad de postularme para tener el estelar. Mis padres estuvieron aquí viendo uno de los ensayos y después de tantos meses tuve esa mirada orgullosa por parte de ellos.

Necesito ese estelar, como anhelo tener mi propio nombre dentro de este mundo.

No ser la hija del gran Magnus Bonnet que gana mundiales en la F1 pues mi hermano es su piloto. No ser la hija de la respetada ex bailarina de ballet Arleth Dupont.

Me estoy labrando mi propio nombre así me esté costando cosas inimaginables, no me importa seguir durmiendo con Joseph y fingir ante las cámaras, he podido con la presión y de alguna u otra manera siempre cumplo las expectativas.

Una sonrisa siempre hace la diferencia, hace creer a las personas que te rodean que todo está bien, que tu vida es perfecta y que nadie lucha sus batallas.

—Bien, necesito que todos vayan a las duchas porque los necesito presentables. Anastasia Eiisman está aquí y se pasará a la sala pues ella ha estado viendo los ensayos y es quien elegirá a la estelar.

ANACRONÍA. | 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 «𝗦𝗜𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗥»Where stories live. Discover now