ANACRONÍA. | 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 «𝗦𝗜𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗥»

•|CAPÍTULO 30: EPÍLOGO.

Semanas Después.

Narrador.

Los jueces se mantenían a primera fila apreciando la obra que se desarrolla sobre el escenario. A sus espaldas, un sin fin de personas llenas de lujo y poder mostrando orgullo hacia sus hijos que lo daban todo.

La orquesta de la ciudad hacía que todo se mostrará aún más majestuoso ya que, su bailarina principal transmitía cada uno de los sentimientos de la obra. La forma en la que su cuerpo parecía tomar vida propia en el escenario, el movimiento de sus brazos siendo tan hábil, delicado y único teniendo el control de sus emociones que en ese precioso momento, la consumían lentamente por dentro.

Tras el escenario, Angelique Dassaúlt la observaba fascinada y a la vez triste ya que su mejor amiga le anunció días atrás que necesitaba alejarse de su familia por su bien, cosa que de lo que todos parecieron entender teniendo en cuenta la situación, menos ella. Amaba a su amiga y no quería que se fuera del país.

Logró asomarse para ver que su abuela estaba en uno de los palcos rodeada de su madre y tíos.

La rubia confundida por la presencia de ellos, pasó su atención a la castaña que se desenvolvió con perfección en el escenario junto con Enrique y Ramsés, la puesta en escena del cisne, el príncipe y el brujo tenía a todos atentos a cada movimiento que se hacía.

Mientras que en la otra punta del mundo, Marc regresaba a la pista ante las condiciones del médico. Trevor Bonnet lideraba las últimas vueltas de la carrera y él se le seguía el paso a tan solo segundos, Luxxe tenía los puntos suficientes para poder ganar el subcampeonato en caso de perder esta última oportunidad.

Alessio evitó a toda costa que una de las tomas sacará al aire la presencia de Anna Haase en boxes.

El tiempo para todos parecía haber ido con lentitud, la casa de los Dassaúlt rebosaba de silencio lo que, en el pasado, estaba llena de risas a causa de la pequeña Scarlett Bonnet que se había ganado el corazón y el cariño de todos.

—Extraño a la Old Money—comentó William en cabina—. Esta se supone que está casada y no le importó dejar a su esposo e hijos para venir aquí.

—Guarda silencio—lo corto Gianna—, Marc y Adelaine siguen casados.

—Sí, pero ella ha borrado todo registro de él. Se irá del país.

—Yo lo haría. Ver que la persona que amas no te recuerda es doloroso, que ella se vaya para poder sanar es lo mejor. Marc ni siquiera ha tenido mejoras.

Los aplausos que llenaban el auditorio hicieron que Adelaine pusiera una sonrisa en el rostro después de no haberlo hecho en semanas. Tomó la mano de su compañero para hacer una reverencia aún tratando de llenar de aire sus pulmones, Angie estaba a sus espaldas en la misma situación que ella tras que hicieran el acto final de la obra. El público se puso de pie para hacer una ovación de aplausos llenándola de emoción, ya que por primera vez en su vida, Adelaine sentía que estaban reconociendo el trabajo arduo que hizo por años.

En cuanto cayó el telón, ella casi corrió al backstage ignorando que la llamaban para felicitarla. La puerta de su camerino se abrió de golpe y ella entró directamente al baño para devolver lo que hace horas había comido, el embarazo la torturaba aun más ya que las náuseas parecían ser su mayor enemigo en estos momentos.

Cuando se recuperó y limpio como debía, salió encontrando que los pasillos estaban abarrotados de personas.

—Lamento lo de tus padres—uno de sus compañeros habló mostrando en verdad pena por la noticia que salió la semana pasada donde se anunció que ambos habían muerto en un trágico accidente.

Ella le hizo una mueca mientras seguía avanzando entre las personas que buscaban a sus compañeros, el ruido de un televisor dentro de un camerino hizo que ella se detuviera al oír de lo que se trataba.

—¡Trevor Bonnet se convierte en el subcampeón del mundo tras una dura batalla en la carrera de hoy!—La voz del presentador lleno el lugar.—¡Tras que los dos Luxxe quedarán en primer y segundo lugar, Marc Dassaúlt se ha logrado coronar como el campeón!

Adelaine bajo la mirada tras que la cámara lo enfocará sonriendo mientras le daban el trofeo. Verlo la hundía de tantas maneras.

—Pero aquí estás—la voz de Anastasia Eiisman la hizo seguir caminando—, cariño ven aquí.

La saludo con un beso en la mejilla a pesar de su gran altura y logró ver detrás de ella, a dos hombres con traje que le sonrieron.

—Ellos son los directores de París—anunció causando que la castaña se mostrará nerviosa—. Han quedado encantados por la presentación y al ver tu curriculum.

—Soy Vincent Leroy—él hombre más joven se acercó a ella para estrechar su mano.

El aspecto de él era un poco parecido al de Marc, sin embargo, este tenía ojos cafés que reflejaban un brillo único que logró hacer que ella le devolviera la sonrisa. Parecía ser mayor por tan solo unos años o al menos eso creía.

—Hemos quedado más que asombrados—miró hacía Anastasia que asintió con media sonrisa—, nos gustaría que fueras la nueva cara de Royal Ópera París.

—¿En verdad?

—Sí, Estoy fascinado con lo buena que eres—expresó Vincent mirándola—. Y me encantaría que firmaras conmigo—negó riendo—, con nosotros.

Compartió una mirada con Anastasia que asistió feliz antes de que ella aceptara sonriendo.

Scarlett irrumpió en la estancia corriendo para abrazarla sintiéndose un poco en casa.

Tras que compartieran números, Adelaine salió de la mano con su hermana ignorando que la prensa comenzaba a llegar.

Divisaron a la reina acercarse y antes de que siguieran avanzando, supo que había conseguido su sueño.

Ir a París.

Y que de alguna manera, el hombre al que amaba, también lo cumplía.

Tal vez nada salió como ella esperaba, pero al menos, en estos momentos, tenía una familia pequeña que la amaría siempre. Que su bebe será amado y protegido teniéndola a ella.

Necesitaba sanar, salir adelante y hacer crecer su nombre con lo que le apasionaba, el ballet.

Así que ella dejó que una reportera se interpusiera en su camino para entrevistarla y Christine sonrió a lo lejos.

—Estamos aquí con la nueva joya del ballet que ha sido descubierta por los ojos críticos de París. Adelaine Bonnet.

Fin del primer libro.

Continuará...