1. De cero

2K 74 9
                                    

Llevábamos cerca de un kilómetro corriendo. ¡No lo lograré, no lo lograremos!. Miré hacia ambos lados de mi cabeza y mis ojos solo veían la desesperación, el cansancio y el miedo reflejados en los pálidos rostros de mi madre y el resto de los integrantes del pequeño grupo. Mis piernas temblaban, las rodillas me suplicaban que me detuviese, la columna me dolía a horrores a causa del peso de mí hermana y la mochila juntas. El sonido agitado de mis latidos me inundaba los oídos, las gotas de sudor me descendían por la frente y el centro de la espalda, los mechones despeinados de cabello se pegaban incómodamente a mí nuca como si de otra piel se tratase. La tensión en los músculos crecía con cada avance, cada paso me estremecía ,el esternón me dolía y respirar, me costaba cada vez más ,pero nada de eso me impedía seguir avanzando .En mí mente ,las palabras de ese hombre resonaban una y otra vez "luego que crucen el río, corran, corran y corran. No miren hacia atrás, no se detengan por nada del mundo; corran, y cuando lleguen al tope de la montaña de arena, tomen la izquierda. Sigan esa senda y no se desvíen, sabrán que han llegado cuando vean el muro ". El muro, el muro, ¿dónde está? ....El grito ensordecedor de mi hermana retumbó contra mis oídos .

- ¡Bell ...los perros!.

Los oía, ¡claro que sí!, cada segundo que pasaba se escuchaban más cerca los ladridos y los pesados pasos provocados por botas.

- ¡Deténganlos! -ordenó una voz gruesa no muy lejana a nuestra localización.

Mi estómago dio un vuelco ante el pánico que me atravesó al escuchar esa orden, no nos podían atrapar, si lo hacían, estábamos perdidas. Apresuré el paso todo lo que pude. Subir a gachas la montaña de arena cubierta por aroma con Megan encima era sofocante, mi cuerpo no podía más, estaba al borde mismo del desmayo, pero debía resistir, debía hacerlo por ella, por mí, por nuestra familia, por nuestros sueños.

Los minutos transcurrían, el sol ardía contra mi sudada piel, el camino no se acababa y casi nos alcanzaban. Nos habían engañado, no podía ser que aún no viésemos el ...

- Bell- la voz sofocada de mi madre me alejó de mis pensamientos- el muro.

Fijé la vista en el frente y era cierto, ahí estaba, justo como nos lo habían descrito. El imponente paredón rojo.

-No puede ser- un atisbo de felicidad invadió mi cansado cuerpo- después de tanto, al fin hemos llegado...

« 2 años después »

Bell

La tensión dispersa en el ambiente era enorme. Los cuatro nos encontrábamos sentados sobre el sofá de la pequeña sala de casa. Mi hermana, estaba sentada encima de mí con la laptop sobre sus pequeñas piernas, clickeando una y otra vez sobre el botón que actualizaba la página, a mi derecha, recostada sobre mi hombro, mi madre se mordía las uñas y miraba la iluminada pantalla con desespero, del otro lado, mi padre, mantenía la mano en un puño sobre el mentón mientras agitaba intranquilo una pierna produciendo el sonido irritante que ocasionan las chanclas contra el suelo.

-Me están poniendo de los nervios, pueden parar de una vez-protesté posando una mano sobre la pierna de papá para detenerlo y con la otra, saqué la uña de mi madre de dentro de su boca.

-Creo que nunca he tenido un momento tan tenso como este en mi vida. Perdóname hija, pero es que no puedo parar, los nervios por saber la respuesta me están matando- habló mamá, manteniendo su intranquilidad.

-Sin duda este momento le ganó al día de nuestra boda. ¿A que no cariño?- habló mi padre.

- ¡Ohh, claro que sí!. Sin duda. Ese día me encontraba nerviosa ...

Las raíces de Bell #PGP2024Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz