ch. 002

1.1K 151 18
                                    

𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐎

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐎








Cuando los rayos del sol se asomaron y se posicionaron sobre la carpa del príncipe, sus ojos se abrieron de par en par para comenzar con su día. Recordó, mientras se colocaba la última pieza de su prenda de ropa, que había invitado a la joven Lyanna a desayunar con él, y ahora, debía comenzar a organizar la improvisada reunión que organizó a último momento.

Sir Arthur se adentró en sus aposentos y realizó una corta reverencia ante él, su amigo y príncipe.

Rhaegar se sintió aliviado de que apareciera justo a tiempo.

─Gracias a los Dioses, necesito que hagas algo por mí.

─Mhm, ¿qué será esta vez?

Rhaegar sonrió.

─¿Puedes conseguir el desayuno? ─le preguntó─. Necesito que todo esté listo pronto...

Sir Arthur suspiró levemente.

─No me pagan lo suficiente.

Rhaegar palmeó su espalda y pronto, la Espada del Alba se dispuso a realizar su labor. Para cuando Lyanna arribó a la carpa del príncipe, la mesa de madera se encontraba repleta por distintos tipos de comida que Arthur consiguió de la cocina. Había pasteles de arándanos, frambuesas y naranja. Frutas picadas, que además de ser exóticas y algunas se encontraban en fuera de estación estaban perfectamente cortadas en cubos. Distintas fusiones de té que tenían un aroma demasiado amable con su nariz.

La loba se maravilló y se sintió especial, había tanto allí ante sus ojos, que logró hacerle pensar en cosas que no sabía si era correcto pensar. Se sintió casi como un pecado estar allí, le había dicho a su padre que una doncella la invitó a pasar la mañana y aunque no parecía habérselo creído, acabó permitiendo su partida tan temprano sin refutar.

Rhaegar la recibió con una sonrisa amigable que no permitía ver su dentadura, tenía un aspecto acogedor en la comodidad de la carpa, utilizando ropas apropiadas de un príncipe que sería coronado como Rey, mientras más lo miraba y se percataba de cada detalle de su alargado cuerpo, más se daba cuenta de que debía ser el hombre más perfecto en los Siete Reinos, y le pareció absurdo pensar en ello cuando siempre detestó a los varones. La idea de verle cada mañana la hizo suspirar enamorada, y solo se percató de ello cuando los ojos índigos del príncipe la observaron con curiosidad, preguntándose qué la hizo actuar así.

─Todo luce delicioso ─musitó ella, situándose en la silla que Rhaegar movió hacia atrás y le indicó utilizar. Una vez Robert quiso tener el mismo gesto, se acabó sentando del otro lado de la mesa ignorándolo horriblemente y ganándose un regaño desagradable por parte de su padre.

─Me alegra que lo que ves te guste ─musitó él─, no estaba seguro de sí todo sería de tu agrado. Me preocupó haberme equivocado.

Lyanna negó.

call of silence.       robert's rebellionWhere stories live. Discover now