ch. 023

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CHAPTER TWENTY-THREE














El pensamiento de quién en su sano juicio querría gobernar, regresó con mucho más fuerza que nunca. Estaba acostumbrada a lidiar con situaciones entre sus soldados, y sin dudas era buena haciéndolo.

Manejar los Siete Reinos, era asunto aparte. No podía ni empezar a decir qué es lo que le causaba más dolor de cabeza, no logró conectar con las personas de inmediato, y aún había señores que se negaron a aceptarla como Reina. Ésto llevó a pequeños intentos de rebeliones que fueron machacadas de inmediato por la poca paciencia de Robert.

Lord Greyjoy de Pyke intentó ir contra ella, alegando que ella fue la causante del fallecimiento, no sólo del Rey, sino que de su hermano también, y que posiblemente manipuló a medio de sus consejos al acostarse con ellos, porque era una bruja y buscaba apoderarse de todo. A Robert no le causó gracia cuando dijeron que su Señoras era una puta y rápidamente ordenó a Ned a unirse a él e ir en busca de estos hombres. Los de las Islas de Hierro no tuvieron oportunidad de pelear al ver que Robert iba con toda intención de quebrar sus huesos, y la rebelión terminó en ese momento, que todos tiraron sus armas y juraron que jamás volverían a hacer algo semejante.

Maegelle castigó al hombre de inmediato y le quitó su título de Lord, dejando así en claro que no iba a tolerar ningún tipo de rebelión durante su gobierno, y aunque el hombre lloró y continuó insultándola, a la regente le importó poco -casi nada-, su berrinche. Sin embargo, pasó el trono del viejo a su primogénita, una aún muy pequeña niña, en cuánto tuviera la capacidad de regir su casa, ella asumiría en lugar de ese hombre, pero todo ésto era mientras su hermano, Lord Euron Greyjoy gobernaría mientras su sobrina crecía y se educaba.

Lord Eddard tomó pupilo al segundo hijo de Balon Greyjoy, y así, la rebelión acabó con el desplazamiento del hombre.

Maegelle era paciente, pero tenía un temperamento tan corto como los de sus ancestros y Robert a veces se sorprendía de que no utilice otros métodos persuasivos para que los Señores dejasen de ser un dolor en su trasero. Había perdonado muchas faltas, de los Lannister en especial, y también del Maestre Pycelle, quién tras ser quitado de su posición, fue tirado a vivir en las calles de la Capital como una rata: el hombre no tardó en esparcir rumores de ella. Robert lo amenazó en cuanto escuchó de quién había salido.

Nuevamente recalca la paciencia de Maegelle.

Diez lunas después de su coronación y de un revuelo durante su reciente gobierno, estaba embarazada nuevamente; esperaban su segundo hijo y ella estaba reluciente, pese a que el niño en su panza le daba dolores de espalda, no huía de sus responsabilidades.

Rodeada por los miembros de su consejo, escuchó atentamente lo que cada uno iba diciéndole, hablando sobre asuntos que eran importantes y sobre una deuda que su padre dejó, no sólo para que ella recuerde constantemente lo mucho que lo detestaba, sino porque sabía que incluso muerto, ese hombre seguiría siendo un problema.

call of silence.       robert's rebellionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora