ch. 006

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐈𝐗














Maegelle tenía su espalda contra la pared mientras Robert comenzaba a hablarle sobre su historia con la loba del Norte, mientras más lo escuchaba, más comprendía lo patético que era. Lyanna Stark estaba lejos de ser la clase de dama que acepta un matrimonio sin más, quizá fuera la única allí afuera que no quería que su vida se resumiera a ser la "esposa de", y que su único trabajo fuera traer niños al mundo. Solo y nada más que por eso, ella la respetaba.

Aún así, entendía el hecho de que fortalecer alianzas a través del matrimonio era necesario, y pese a que su hermano acabó arruinando tantas cosas, en algo tenía razón. El Norte contaba con tierras ricas y hombres fuertes, perder un reino tan grande como tal, no sería inteligente. Si el matrimonio entre Rhaegar y Lyanna aseguraba que todo se mantuviera en paz, entonces no refutaría, ni sería una imposición a ello.

Aún si le dolía tener que renunciar a Rhaegar.

─Nunca creí que eras de los que lloraba cuando una mujer los humilla, Robert ─musitó Maegelle, cruzada de brazos. Él solamente rodó sus ojos con molestia.

─Olvidé con quién hablaba ─musitó─, el mismísimo diablo.

Maegelle se rió levemente, fue una risa armoniosa que logró hacer que Robert quisiera sonreír también, sin embargo, no lo hizo. Seguía siendo su enemiga, o la hermana de su enemigo.

─¿No estás enojada? ─le preguntó Robert, Maegelle dejó de reír para verlo fijamente con curiosidad por esa pregunta─. Rhaegar se pasó vuestras tradiciones por el trasero, no le importó romper con tantas décadas de vuestros matrimonios incestuosos. ¿No te enfada no asumir el trono?

Ella se encogió de hombros, tomó la silla de madera a un lado de la cama y se situó frente a él.

─¿Cuál diferencia habría? ─le preguntó─. Rhaegar era el único que iba a sentarse en ese Trono, jamás me pareció importante cómo iba a desenvolverme en la corte. Nunca me gustó la idea de todos modos, quizá Lyanna me salvó de un aburrido destino.

Robert negó con su cabeza. No se creía ninguna de esas palabras, era la mirada en los ojos violetas de Maegelle que hacían que esté contradiciéndose.

─Sé que no hablas en serio.

─Porque me conoces tan bien.

─No, porque cualquiera en su sano juicio querría asumir al Trono, las mujeres son igual de codiciosas en ese aspecto.

Ella sonrió levemente.

─¿Quieres sentarse en el Trono?

─Nah, mucho trabajo ─musitó Robert, haciéndola reír nuevamente.

call of silence.       robert's rebellionKde žijí příběhy. Začni objevovat