(VIII) Alguien en Quién Confiar

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Después del "incómodo" momento, Tai Lung le contó a Tigresa lo que sabía al respecto de los "moradores" y lo que había sucedido. Pero el leopardo de las nieves no tenía muy buenas noticias.

Para su sorpresa, Tigresa había estado dormida por más de dos días, lo cuál fue todo un desafío para Tai Lung. Después de remover el proyectil del hombro de Tigresa, su cuerpo comenzó a reaccionar de manera violenta. Su temperatura comenzó a elevarse demasiado, y Tai Lung tuvo que permanecer a su lado todo el tiempo, usando fomentos de agua fría para que su cuerpo no colapsara. Finalmente, cuando su temperatura se estabilizó un poco, Tai Lung tuvo que ir al centro de la ciudad por medicina. Tigresa sabía que las medicinas no eran baratas, y seguro el leopardo de las nieves tuvo que gastar todo lo que tenía reunido, lo cual hizo sentir a la felina un tanto agradecida, aunque no lo expresaba. De todas formas, pensaba en recompensarlo monetariamente cuando pudiese volver al palacio.

Según Tai Lung, los "moradores" son un grupo de bandidos que comenzó haciendo estragos en los barrios bajos de la ciudad, pero que actualmente contaban con un gran número de miembros y se sospechaba que tenían cierta influencia en los barrios más ricos de Gongmen. Sus refugios, sus intenciones, o su líder, son completamente desconocidos, pero había algo que destacaba en su accionar.

Este grupo se dedicaba, entre muchas cosas, a la venta ilegal de una sustancia a la que llamaban: "opio." Nadie sabe de dónde viene, o qué es exactamente, pero muchos ciudadanos, sobre todos de los barrios bajos, comenzaron a consumirla desde hace ya algunos meses. Al principio, aquellos que la consumían se sentían en un estado de "éxtasis" y esa sensación hizo que los rumores se propagaran de boca en boca, haciendo a la droga muy popular entre la población. Se dice que incluso muchos de los ciudadanos de los barrios altos de Gongmen también la consumen. Al principio parecía ser algo inofensivo. Una especie de entretenimiento. Pero los problemas comenzaron no mucho tiempo después.

La sustancia resultó ser altamente adictiva, y aquellos que la consumían no dudaban en gastar todos sus ingresos para adquirir la droga. Muchas familias se hicieron pedazos, y aquellos que la consumían dejaron de ser los mismos. Los ciudadanos que una vez fueron honrados trabajadores se habían convertido en macabros cuerpos sin voluntad, que al no estar bajo el efecto de la droga, se quedaban tirados en los basureros y callejones de la ciudad.

Eso explicaría los cuerpos que Tigresa vió al llegar a los barrios bajos. No se trataba de borrachos, sino de personas que habían sucumbido ante la adictiva sustancia. A pesar de las respuestas que Tai Lung podía darle, Tigresa sólo comenzaba a tener aún más dudas.

Tigresa: - Eso es terrible. ¿Y no hay nadie que intente detenerlos? -

Tai Lung: - ¿Quién crees que pueda hacerlo? -

Tigresa: - No lo sé. ¿Qué tal la Guardia de Jade? -

Tai Lung: - A la guardia no le importa mucho este asunto. -

Tigresa: - ¿Qué quieres decir? -

Tai Lung: - Dime. ¿Has visto a alguien de la guardia merodeando por aquí? - Tigresa quedó en shock, pues las palabras de Tai Lung no carecían de verdad.

Tigresa: - Pero... he conocido a alguien de la guardia. No creo que ignore el tema. -

Tai Lung: - No sé quién pueda ser ese "alguien". Pero la guardia es un cuerpo dirigido por el capitán Chao, un antiguo noble que no tiene ningún interés por los barrios bajos. -

Tigresa: - Pero... ¿Y el palacio? ¿No han pedido ayuda allí? Dudo mucho que el maestro Cocodrilo no prestase atención a estos asuntos. -

Tai Lung: - Hace más de seis meses que nadie sabe del maestro Cocodrilo. -

Kung Fu Panda Fanfic - La Sombra de la Ciudad de GongmenWhere stories live. Discover now