(XVII) Las Antiguas Minas

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Tigresa metió la mano en su bolsillo, y luego sacó un extraño objeto de su interior. Se trataba de una pequeña joya con forma de luna creciente, que cuando la alzó para Tai Lung la viera, reveló una fina cadena de plata lujosamente detallada. Al principio, el leopardo de las nieves no sabía de qué se trataba todo, o cuál era la intención de Tigresa, y su rostro de confusión lo mostraba abiertamente.

Tigresa: - Es un regalo. - Dijo algo molesta, suponiendo que Tai Lung se daría cuenta al instante.

Tai Lung: - Ah. Wao. Gracias. Es muy bonito. -

El leopardo de las nieves intentó disimular su indiferencia, pues no sentía especial apego por las joyas, ni tampoco entendió a la primera el sentido romántico del obsequio. Pero al ver el rostro de disgusto de Tigresa, comprendió su gran metedura de pata.

Tai Lung: - Oh... OH. Gracias. - Dijo con asombro tratando de ocultar su error.

Tai Lung estiró la mano para intentar agarrar el collar, pero Tigresa retiró sus manos con disgusto mientras miraba hacia otra dirección.

Tigresa: - Si no lo quieres... no tienes que tomarlo. -

Tai Lung: - ¡Si lo quiero! - Gritó algo desesperado tomando por sorpresa a Tigresa. - Perdón... Si lo quiero. -

Tigresa pudo notar el arrepentimiento en Tai Lung, claramente visible en sus orejas caídas hacia atrás e intentando mostrar una extraña sonrisa para ocultar su vergüenza. La maestra se acercó un poco y colocó el collar personalmente sobre el cuello del leopardo. Si bien es cierto que la pieza de joyería era una baratija comparada con los lujosos artículos que habían dentro del Palacio Imperial, la elección de Tigresa fue auténtica, inspirada en sus gustos, eligiendo una que a ella le gustaba particularmente. Por supuesto, Tai Lung no tenía forma de saber esto, pero tras ser capaz de ver las verdaderas intenciones del acto, lo aceptó gustosamente.

[Cualquier parentesco entre la joya y el logo de Dreamwork es pura coincidencia. XD]

Al ver que Tai Lung pasó más de diez segundos perdido en sus pensamientos, Tigresa llamó su atención aclarándose la garganta.

Tigresa: - Dijiste que habías descubierto algo de las minas. -

Tai Lung: - Ah... Claro. - Dijo saliendo de su estado.

Tai Lung sacó un pequeño pedazo de papel enrollado como un pergamino y lo mostró a Tigresa.

Tai Lung: - Hablé con algunos de los trabajadores más antiguos de las minas. Muchos de ellos incluso trabajaron en las minas abandonadas, recordando la mayoría de pasajes y bóvedas en el interior. A partir de las historias que escuchaba, pude trazar un mapa haciendo coincidir los detalles que iba recopilando de los ancianos. -

Tigresa se acercó a un farolillo que iluminaba un pequeño rincón del callejón y abrió el rollo llevándose una gran sorpresa. Más que fijarse en el intrincado sistema de cuevas y bóvedas, Tigresa se sorprendió con la precisión de los trazos y el detalle del mapa. Estaba tan bien hecho, que el pedazo de papel andrajoso sobre el cual estaba dibujado pasaba a un segundo, si no a un tercer plano.

Tigresa: - ¿Tu hiciste esto? - Preguntó con asombro.

Tai Lung: - Eh... si. Se que no es la gran cosa... Pero me esforsé bastante para hacerlo. - Dijo sonrojado, pensando que Tigresa se burlaba de su incapacidad, pero la verdad era todo lo contrario.

Tigresa: - ¿No es la gran cosa? ¿Es una broma? Este mapa está mejor hecho que los que tengo en el palacio. -

Tai Lung: - ¿Eso? No exageres. Eso fue lo poco que pude aprender de cartografía cuando vivía en el Palacio de Jade. -

Kung Fu Panda Fanfic - La Sombra de la Ciudad de GongmenWhere stories live. Discover now