(IX) La Sombra del Palacio

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Fang Yin irrumpió en la habitación rompiendo el incómodo silencio. Tigresa se llevó un buen susto, que hizo que cada uno de sus pelos se pusieran de punta. Y antes de poder decir algo, Fang Yin tomó la palabra.

Fang Yin: - ¡Maestra Tigresa! ¿¡Que significa esto!? -

Tigresa: - Ah... Fang Yin... Puedo explicarlo... -

Decía tartamudeando mientras miraba hacia la bañera, pero para su sorpresa, Tai Lung no estaba allí. Tigresa miró ligeramente hacia todos lados, pero no lo pudo localizar.

Fang Yin: - Cinco días desaparecida. ¿Dónde te habías metido? -

Tigresa quedó en shock. Al parecer, la cabra no se percató de la presencia de Tai Lung. Así que simplemente decidió seguirle la corriente.

Tigresa: - Ah... Si... Wao... Cinco días... No me había percatado. Estaba... Estaba... Resolviendo unos problemas en la ciudad. -

Tigresa terminó su frase con una extraña sonrisa dibujada en su rostro, mostrando su nulas habilidades de mentir. Fang Yin lo sabía, así que no hizo el esfuerzo para saber la verdad. En cambio, decidió tomar otro camino para la conversación.

Fang Yin: - Una de las sirvientas me dijo que habías llegado y que habías solicitado agua caliente. - Fang Yin se acercó un poco y olfateó a la maestra. - Y ya entiendo el por qué. ¿Donde estuviste? Hueles peor que las cloacas. -

Tigresa: - Ah. Si... el agua. Yo... debo darme un baño. Es urgente. Así que no te preocupes. Iré a verte en cuanto termine. ¿Está bien? -

Tigresa comenzó a empujar delicadamente a Fang Yin para que abandonase la habitación con la escusa que quería darse un baño. La cabra se quejaba mientras trataba de hacerle más preguntas, pero Tigresa la interrumpía en cada ocasión. Finalmente, Tigresa logra sacar a Fang Yin de la habitación y cierra la puerta justo frente a su nariz. Tigresa se quedó cercana a la puerta, y pudo escuchar como la cabra se alejaba refunfuñando y quejándose de lo despreocupada que era, pero Tigresa tenía otros problemas en ese momento.

Tigresa: - ¿Tai Lung? ¿Tai Lung? - Susurraba levemente.

De pronto, Tai Lung sacó la cabeza del agua, tomando a Tigresa por sorpresa. Al parecer, cuando sintió el portazo se escondió por instinto bajo el agua. Pero la conversación duró más de lo esperado, y estaba a punto de quedarse sin aire. Al ascender, produjo un fuerte sonido mientras respiraba una gran bocanada de aire.

Tai Lung: - Esto es una locura. - Decía mientras se ponía de pie y salía de la bañera.

Tai Lung tomó una de las toallas y comenzó a secarse, pero tanto pelaje sin duda alguna sería un problema. Usó la primera toalla para secar su cabeza, pero fuer suficiente para que esta ya no aguantase una gota más, así que tubo que tomar otra. Pero antes de comenzar a secarse, miró levemente a un lado y se percató de la maestra Tigresa, quién estaba atónita viendo cómo el fornido felino se secaba.

A Tigresa le tomó cinco segundos darse cuenta que Tai Lung la estaba mirando con asombro, pero cuando se percató de lo sucedido, no pudo contener la verguenza. La maestra se dió la vuelta rápidamente, e intentó disimular el incómodo momento, mientras Tai Lung terminaba de secarse y vestirse.

Dentro de su confusión, Tigresa estaba algo molesta consigo misma. No era capaz de entender qué le ocurría. ¿Por qué se quedaba atónita al ver a Tai Lung? ¿Por qué su corazón palpitaba tan fuerte al tenerlo cerca? ¿Por qué se sentía tan nerviosa después de esas incómodas situaciones? Para la pobre maestra, estas eran una sensaciones nuevas. Sensaciones que nunca antes había experimentado. Sin saberlo, Tigresa comenzó a desarrollar un extraño sentimiento hacia Tai Lung. Un sentimiento que ni ella sabía que podría ser. Tigresa estaba perdida en sus pensamientos cuando:

Kung Fu Panda Fanfic - La Sombra de la Ciudad de GongmenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora