LA VERDAD DUELE

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      Un auto lo dejó en la puerta de su casa, bueno, no uno de la mafia, sino uno que tuvo que frenar a dedo y afortunadamente iba a una casa cerca de la suya, era familiar de uno de los vecinos, porque al salir tan de prisa había olvidado su billetera, por ende, dinero para el taxi no tenía.

      Pero no estaba del todo bien a pesar que ya estaba de regreso, aquel acuerdo: 

     Tiempo atrás:

—Habla de una vez! 

—Muy bien, este es el trato, plan A, te liberamos, dejas de ver a Julieta, la sacas de tú vida y todo esto regresa a su perfecto equilibrio y normalidad, o... también te puedo ofrecer la segunda opción y seré claro, te veo de nuevo cerca de Julieta y te asesino, date por muerto, ¿Cuál eliges? 

—La A, si así me dejarás libre.

—Quiero creer que eres un hombre inteligente, no hagas que me arrepienta.


    Actualidad: 

     Todo su cuerpo dolía y no podía acercarse a Julieta, a su Afrodita, Y justo ahora qué le había enviado aquella carta! debía ir a ese bar y recuperarla, debía de recuperar aquella sentencia de muerte que él mismo había escrito.

  

      Por otro lado, Julieta ingresó a la oficina de su padre, éste la miraba muy molesto.

—Hola papá... dijo intentando cortar ese sepulcral silencio.

—Dime algo ¿Para ti el matrimonio es un juego? 

—Claro que no papá, pero sí creo que ambas partes deben amarse.

—Patrick te ama más que a sí mismo, no comprendo por qué lo haces sufrir así.

—Pero yo no lo amo ¿En qué idioma tengo que decirlo? 

—Hija tú lo amas, sólo que no te has dado cuenta de tus sentimientos por él, de cuan grande es tú amor hacia él.

—Papá no lo amo, Lo repudio y no hay nada que me haga cambiar de opinión! 

—¿Qué clase de mujer eres?

—Más bien padre, pregúntate ¿Qué clase de hombre eres? que obligas a tú hija a casarse con el asesino de su madre, Él mató a mamá! él la mató y tú me obligas a casarme con él, Esto es un infierno! 

—Qué dices! —poniéndose de pie sumamente molesto.

—Di lo que quieras, piensa lo que quieras, engáñate a ti mismo si eso quieres, pero te diré algo, Patrick mató a mamá, siempre estuvo obsesionado con ella, ¿Acaso no notabas cómo la miraba siempre? los halagos fuera de lugar que hacía y lo incómoda que ella se ponía, Habla papá! Ahora habla! —sollozando— por favor habla, recuerda como se comenzó a acercar a mi hermano para asociarse a nosotros, como pasó de ser 'La visita' a 'Parte de la familia', Recuerda! 

    Augusto sólo se quedó en silencio, observándola y recordó algo, una vieja conversación con su esposa antes de que muriera:

—Te digo la verdad, me siento mal cuando él está, no sé qué es lo que tiene ese hombre, pero me hace sentir observada, cuando él está me siento intranquila todo el tiempo, Augusto, que suerte que sólo es una visita, no me quiero imaginar si fuera parte de la familia, Qué desgracia! seguramente viviría encerrada en mi habitación.

—No digas esas cosas, parece un buen hombre.

—No pienso lo mismo, siento un mal pálpito cuando estoy frente a él.


     Regresó a la realidad, su hija le seguía hablando.

—Es por eso que se quiso casar conmigo y tú, como el muñeco de cuerdas que eres aceptaste y me entregaste a ese hombre, antes era más dócil, sumisa, antes me dejaba manipular por ti, pero ahora no, ya no más, tienes que aceptar que soy la copia de mi madre y que ese hombre busca cumplir la fantasía que nunca pudo y eso era estar con mi madre, Acéptalo! Acéptalo de una maldita vez! ¿A él le vas a dejar todo? porque es claro que a mi hermano no lo cuentas.

     Aquel anciano salió de allí lo más rápido que pudo, lo que su hija decía no tenía fallas, todo cuajaba y la voz de su esposa se hizo tan presente en él como nunca, necesitaba ya mismo hablar con su abogado.


     Julieta se tiró en la cama a llorar, se sentía mucho más libre, como si todo lo que mantuvo encerrado en su alma hoy por fin salió a la luz y no era un juego de niños, esto era un camino de ida, definitivamente sabía que esto haría estragos en la vida de su supuesto esposo.


      Robert llegó al bar y reconoció al instante al sujeto al que le había entregado aquella confesión, al verlo le hizo una seña para que se acercara, éste así lo hizo.

—Dígame ¿Qué debo entregar ahora? 

—Nada, no debes entregar nada, sólo quiero que me des la carta, te puedes quedar con el dinero, sólo dame la carta.

—Señor... no puedo hacerlo.

—¿Cómo qué no?, mira, ya te he dicho que puedes quedarte con el dinero.

—No me refiero a eso.

—Entonces... 

—La señorita vino y se la entregué.

    En ese instante el mundo de Robert se cayó a pedazos poco a poco, si Patrick se enteraba de todo esto estaría perdido, aunque la bronca lo hiciera trizas por alejarse de ella, era consciente que ese dolor era peor que todo el daño que le ocasionara la mafia, no le importaba y a la vez le asustaba, no sabía qué sentir.



ÁVARO AMORWhere stories live. Discover now