Kakuhidan~Me enamoré de mi hermanastro~

Capítulo 42

La familia ya se encontraba de nuevo en casa, ya casi había oscurecido, la historia que había contado Raúl le tomo más tiempo de lo que había imaginado.

---Papá, ¿Y qué pasó con Toko?---Preguntó de repente el moreno, si llegaba a encontrar al viejo amigo de su madre, ¿Lograría ayudarlo con respeto a su madrastra?---

---Pues.... Después de que nos graduamos, nos dio la noticia a mi y a tu madre que se iba a cambiar de ciudad para irse a estudiar a una universidad algo costosa---Respondió el hombre notando que tenía mucho tiempo de no pensar en el de ojos dorados---

---¿Y no sabes a que ciudad se fue? ¿O algún número suyo?---Cuestionó con más desespero el moreno, si había una ayuda más en su camino no dudaría en ignorarla---

---Nos dijo que se iba a mudar a Otoga---Siguio respondiendo a las preguntas de su hijo, no se le hacía raro que el moreno sintiera tanta curiosidad por aquel hombre, ya que se trataba de un amigo de su madre---Y con lo del número, hace mucho tiempo que ya no tengo contacto con él, desde que se fue no pudimos comunicarnos mucho que digamos, lo más seguro es que estaba ocupado---

---¿Pero si lo tienes?---Repitió Kakuzu, más insistente que antes---

---Si, pero dudo mucho que te conteste, por más que tu madre y yo intentamos hablar con él nunca Respondió a ninguna de las llamadas---Comentó Raúl con depresión, no entendía porque ese chico tan serio y reservado se había apartado tanto de sus amistades---

---No me importa, dame su número---El moreno no estaba seguro si con él tendría suerte, sin mencionar que se mudo a una ciudad alejada de donde se encontraba, ¿Podría ser capaz de ayudarlo?---

Raúl no dijo más y anotó el número de su viejo amigo en un pequeño pedazo de papel, esperaba un milagro que si pudiera responder esta vez, así conocería a su hijo, al hijo de su querida amiga de toda la vida, le ponía triste de tan sólo imaginarse la cara que pondría cuando se enterara de la muerte de la castaña.

---Iré a preparar la cena, Kakuzu---Aviso el azabache comenzando a ir a la cocina---Ve a lavarte las manos---Ordenó antes de cruzar la puerta---

El castaño asintió y comenzó a subir las escaleras mientras miraba el número que le había dado su padre, quería llamarlo ahora, pero no quería que nadie lo escuchará, tendría que ser mañana, cuando el tiburon, el uchiha y él comenzarán su misión de espiar a la albina.

Cuando ya se encontraba lavando sus manos pensó en la manera de comenzar una conversación que sea cómoda para el de ojos dorados, obviamente ninguno de los dos se conocía, tenía que empezar primero con presentarse, decirle quien era y sobre quienes eran sus padres, pero primero tenía que comprobar que la persona que respondiera se llamará Toko por si las dudas, no sabía si seguia usando el mismo número, esperaba que así fuera. Mientras seguia con lo suyo, escucho una voz a sus espaldas que le era bastante molesta.

---No entiendo porque tienes tanto interés en aquel hombre, quizá ya se murió---Dijo la mujer con una sonrisa burlona---

En ese momento Kakuzu puso una cara de fastidio, ¿Cuando tendría un momento de paz en su casa? Volteo para ver con odio a la albina, esta se encontraba recargada en el marco de la puerta, tenía los brazos y piernas cruzadas, sin mencionar aquella sonrisa juguetona que el castaño tanto odiaba.

---La historia que contó el imbecil de tu padre fue muuuuy aburrida, te aseguro que casi me duermo apenas había comenzado a hablar. Tu madre no era más que una estúpida que terminó fijándose en un perdedor como tu padre---Siguio discriminando la mujer---

El moreno al escuchar eso empezó a apretar sus dientes, tenía suerte de que no se notará por su cubrebocas puesto, pero estaba seguro de que si la albina seguia insultando a sus padres no podría contenerse más en agredirla.