Capítulo 59

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Después de haber estado varios minutos abrazados Hidan reaccionó al ya haberse calmado un poco, aparto no tan bruscamente al mayor y se levantó de su lugar, dirigiéndose de nuevo a la habitación dispuesto a encerrarse otra vez.

---Hidan, tienes que comer---Insistió Raul viendo como el albino se alejaba más y más---

Este no dijo nada y aun con su mirada baja salió de la vista de los dos hombres que se encontraban en la cocina.

---¿Y ahora qué?---Preguntó el moreno viendo a su padre que se encontraba decaído---

---Tendremos que dejarle el desayuno afuera de su habitación, si se siente más tranquilo comiendo ahí adentro entonces debemos aceptarlo---Respondió el hombre comenzando a llevar el desayuno del menor hacia arriba---

---¿Pero si se niega de nuevo?---Cuestionó el castaño incrédulo ante la idea---

---Vale la pena intentarlo---Le sonrió el hombre comenzando a subir los escalones mientras era observado por su hijo---

---¿Estas seguro que está bien que se quede él solo aquí? No quiero estar lidiando cada rato en traerlo de regreso---Aviso Kakuzu terminando su desayuno y levantándose para lavar sus platos---

---Eso dependerá de Hidan---Fue lo último que dijo para después alejarse más del moreno---

Este le dio una última mirada indecisa, quería tener una relación buena y sana con el albino, pero este se negaba y no ponia nada de su parte, tendría que hablar con sus amigos para que le dieran al menos un solo consejo para que ese corazón de piedra se suavisará al menos un poco más de lo que ya hizo.

Mientras tanto, Raúl ya había llegado a la habitación del menor, se quedó callado unos segundos para escuchar algún sonido ahí adentro, pero no hubo nada, ni uno solo, fue ahí en donde toco la puerta suavemente sin recibir respuesta.

---Hidan, soy yo---Habló el hombre esperando tener alguna respuesta por parte del contrario---Escucha, si no quieres comer con nosotros en el comedor lo entiendo, te traje tu desayuno para que lo comas tranquilamente aqui en tu cuarto, sé que debe ser difícil para ti esta situación, no me conoces y a mi hijo tampoco, y entiendo que estés en completa desconfianza con nosotros, pero quiero que sepas que cualquier cosa que quieras compartir conmigo o con Kakuzu nos dará mucho gusto que llegues hacer eso algún día, no te voy a obligar a que convivas con nosotros a la fuerza, te daré tu espacio y hablaré con mi hijo para que no te presione tampoco---

El mayor se quedó en silencio mientras dejaba el desayuno en el suelo, sin tener una respuesta todavía por parte del menor.

---Ya me voy al trabajo y Kakuzu también, regresamos en la noche, come algo por favor, si quieres salir no regreses tan tarde, ¿si? No querrás preocuparnos a mi hijo y a mi---Concluyó poniendo su mano en la puerta para después irse de ahí y regresando con su hijo, quien lo esperaba en la puerta ya listo para irse a trabajar---

---¿Te dijo algo?---Preguntó el castaño abriendo la puerta dejando a su padre salir primero---

---No, no me dijo nada---Respondió con tono decaído---Pero lo entiendo, debemos darle su espacio Kakuzu, no quiero que lo andes presionando, tiene que acostumbrarse a nosotros, ¿entendiste?---Preguntó mirándolo seriamente---

---Si---Respondió de mala gana y rodando los ojos---Pero si se atreve a ser grosero otra vez no lo voy a pasar por alto---

---Mientras no seas tan brusco con él te lo dejaré pasar, pero no te sobrepases, ¿entendido?---

---Si---Finalizó el moreno---

Ambos hombres se terminaron separando y cada uno se fue por su lado para empezar otro día de trabajo, ¿Cuántos días habían pasado? Ya no lo recordaban, habían tenido demasiados problemas que decidieron dejarlos en el olvido porque ya no iban a regresar, solo que les dejo una pequeña marca en la vida y sabian que no iban a poder ignorarla para siempre, habrá momentos en donde deberán regresar los recuerdos de los días anteriores.

Kakuhidan~Me enamoré de mi hermanastro~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora