Capítulo 53

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---Hidan, te aseguro que eso....---El moreno no pudo terminar su frase por una fuerte carcajada de parte del menor---

---¡¡JAJAJAJAJAJAJA!! ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJA!!! ---El albino dirigió su mano hacia su cara tapándose los ojos, no paraba de reir, parecía un completo lunático---

Kakuzu solo se le quedo viendo sorprendido, ¿Cómo podía ser capaz de reírse de esa manera? Se trataba de su madre, por un momento penso que aquella noticia le había afectado, pero era todo lo contrario, le había parecido gracioso.

---¿Cómo puedes reírte con eso? Se trata de tu madre---Le reclamo con decepción en su rostro---

---¿Y que te hace pensar que realmente me importa? JAJAJA tú cara.... debiste verla---

Ahí fue donde el moreno entendió todo, había sido engañado por el menor, había fingido aquella expresión de shock para verle la cara de idiota, valla que lo había conseguido. Al comprenderlo todo el castaño no pudo evitar temblar de rabia, cada vez más iba aumentando el volumen de las carcajadas del albino, para el mayor era insoportables escucharlas, tener que reírse de algo que para él era muy enserio, una madre.

---¡Callate ya!---Grito enfurecido dándole un fuerte puñetazo al de ojos rosados, este por el asombro termino chocando su cara contra el suelo---

---*¿Pero qué....?*---Se toco el área golpeada, al solo simple toque hizo una mueca de dolor---¡¿Pero qué mierda te pasa?!---Agredió con una mirada de odio hacia el contrario---

El moreno solo se quedó callado, aun manteniendo su puño al aire y sin dejar de jadear, tenía su mirada baja, estaba sintiendo una emoción desagradable, una que nunca había sentido, tener que ver las cosas de una manera diferente que las demás personas y que nunca serán capaz de ser entendidas por ellas.

Pero por otro lado, no podía culpar a Hidan, ellos dos habían crecido de manera diferente, Kakuzu había llevado una buena relación con su madre, pero el menor nunca tuvo algo así, solo por su padre que ahora estaba muerto gracias a ciertas personas, el menor no tenía la culpa de nada.

Al ya tener la mente en blanco pudo por fin mirar al contrario, quien lo miraba furioso aún con su mano en la mejilla, ante eso el mayor sonrió a lo grande.

---Perdona, no me gusta el ruido---Mintió para no sacar la verdadera razón de ese golpe, miraba al menor con burla en sus ojos, cosa que al albino no le hizo mucha gracia---

---¡IMBECIL! ¡¿Crees que con un simple "perdona'' vas a....---El religioso quizo pararse para matar a golpes al castaño, pero se le había olvidado por completo su pierna que terminó cayendo de cara en el suelo, dejando al de ojos verdes confundido---

---*Este si tiene algo*---Pensó ya muy decidido, así que sin darle permiso al menor comenzó a apretar un poco ambas piernas para comprobar donde estaba el área que tanto molestaba al albino, todo aquello bajo la mirada de impresión del peliplata---

---¡Te dije que te alejaras! ¡Sueltame, asqueroso!---Trato de apartar sus piernas de las manos del moreno, pero este tenía más fuerza que él---

---Callate, dejame ver---Siguio buscando aún recibiendo reclamos y rechazos por parte del menor, hasta que por fin obtuvo una respuesta diferente, un grito de dolor tal como el que había lanzado antes---

---¡Te dije que me sue.... ¡AGR!---Volvió a gritar por sentir ese pequeño apretón de nuevo, ante eso el mayor acerco un poco su cabeza para tener mejor vista, casi no había luz, estaba oscureciendo más con cada minuto que pasaba---

---Tienes varias maneras de lastimarte y no te importa nada---Le reprochó el moreno poniendo los ojos en blanco---Si estás así será difícil irnos de aquí fácilmente---

Kakuhidan~Me enamoré de mi hermanastro~Där berättelser lever. Upptäck nu