Capítulo 52

83 10 3
                                    


El de ojos azules ya se encontraba afuera de su nueva casa, listo para abrir la puerta y limpiar lo que sea que sus señores hayan desordenado, pero se llevó una gran sorpresa al ver todo en orden, tanto la cocina como la sala estaban igual de siempre.

---*¿Y si solo lo hicieron en las habitaciones?*---Fue su único pensamiento yendo directamente hacia las habitaciones---

Todas estaban cerradas y había un extraño silencio, mucho silencio para tener a 4 personas adentro, siguio expeccionando el lugar hasta escuchar unos cuantos pasos por el otro pasillo.

---¿No has encontrado nada?---Se escucho la voz de Hidan removiendo entre los cajones de la cocina---

---No, Puede que la tenga ese imbecil, pero no sabemos donde esta---Respondió el rubio asomando su cabeza en busca de otra presencia problemática para ellos---

Ahí fue donde Ziro perdió toda paz que tenía en su mente, se habían escapado, los chiquillos insoportables se habían escapado, ¿Dónde estaban los hombres? ¿Qué no habían estado con ellos cada uno?

---*Maldita sea*---Gruño con fastidio para después sacar una pequeña bombilla de aire tranquilizador---

La lanzó hacia donde estaban los chicos y un par de segundos el humo comenzó a salir salvajemente, sorprendiendo mucho a los menores que solo atinaron a salir corriendo de ahí. Deidara salió rápidamente en busca de una ventana para inhalar aire fresco, pero lo único que consiguió fue tener un brazo apretando su cuello, al faltarle la respiración comenzó a forcejear del fuerte apretón que le daban.

---Callate, hice muy mal al haberlos dejado solos con esos imbéciles---Le susurro molesto para después darle un fuerte golpe en la nuca---

Al ya tenerlo inmovilizado lo cargo en su hombro para después alejarlo de ahí, mientras escuchaba la voz del albino que no dejaba de llamar a de ojos azules.

El del pelo color mandarina logro entrar a un cuarto sin ser visto con peliplata, con lo que pudo encontrar amarro y amordazo a Deidara lo más fuerte que podía, ya tenía uno, faltaba el otro.

Mientras el de ojos azules caminaba sigiloso entre los pasillos pudo escuchar cerca de ahí una voz ahogada que se le hacía conocida, de inmediato fue para el cuarto encontrándose con el señor Gitaru que estaba amarrado en todas las partes de su cuerpo, esto lo dejo con un gesto de confusión, ¿Cómo es posible que un simple chico lo haya dejado es ese estado?

Con una expresión de fastidio fue a liberarlo de aquellos amarres, el hombre rápidamente se levanto y fue a buscar a aquel chiquillo que le había hecho eso, siendo seguido por el contrario que no paraba de hacerle todo tipo de preguntas respeto a lo que había pasado debido a su ausencia.

---Jamás imagine que ese chico fuera tan habil, debiste de habermelo dicho antes de que te fueras---Le reclamo al del pelo color mandarina, que sólo se mantenía callado sin quitar esa expresión de molestia en su rostro---

---*También qué clase de idiota dejaría a su víctima suelta así como si nada*---Soltó de un pensamiento ya harto de sus regaños, por más que quería decírselo a la cara no podía arriesgarse con eso---

Ziro le dijo la dirección que tenía que ir él señor Gitaru para encontrar a Deidara, mientras que él se encargaría de encontrar al otro chico que por tanto tiempo le había traído problemas.

Era Super fácil, solo tenia que seguir su voz y listo, no fue tan difícil poder encontrarlo si seguia llamando a su amigo a todo pulmon.

---¡Deidara! ¡¿A dónde fuiste?!---No paraba de gritar el albino, cosa que ya había molestado mushisimo al de pelo color mandarina---

Kakuhidan~Me enamoré de mi hermanastro~Where stories live. Discover now