Capitulo 42

99 4 0
                                    

Noto como la puerta de abre lentamente sacándome un momento de la burbuja de dolor que me inunda, no se cuánto tiempo a pasado pero se que no me he movido ni un solo milímetro y he estado intentando controlar mis demonios para no perderme aún más en la oscuridad.

Alzó la mirada lentamente sin ni siquiera taparme, ya que no me importa en este momento que alguien me vea asi, mi cuerpo no tiene nada de belleza, está totalmente arruinado apenas se puedo ver por toda la sangre que me cubre, no es agradable de ver, así que ninguna persona en su sano juicio, se interesaría por mi ahora, solamente hay una, y ha sido la culpa me ha dejado en este estado.

Veo como su mirada se encuentra con la mía, solamente me deja ver la tristeza y la pena que hay en ella no hay nada mas, cierra la puerta muy suavemente como sino quisiera asustarme mientras que se empieza a acercar a mí.

No habla mientras que sus pasos lo llevan hacia mi, solo veo como se quita la chaqueta de mezclilla negra que lleva puesta, me la ofrece lentamente cuando está a tan solo unos milímetros de mi, se agacha para que su altura no me imponga, sin hacer ningún movimiento brusco, manteniendo las distancias entre los dos.

La cojo sabiendo que es lo mejor en este momento, necesito algo que ponga una barrera entre yo y el mundo, me la pongo suspirando de dolor al sentir la tela contra mis heridas, pero aún así no detengo mis movimientos hasta que está perfectamente acomodada.

El se arrodilla cerca de mi una vez que estoy cubierta, veo que evalúa mi cara ante su cercanía, pero no le digo nada, solo dejo que por unos momentos sus ojos pasen por mi rostro, analizando mi estado emocional en estos momentos.

—¿Merece la pena todo lo que estas sufriendo?—pregunta lentamente y en voz baja, mientras su mirada baja por mi cuerpo hasta que ve las cicatrices de mi pecho que no están cubiertas totalmente por su chaqueta.

No las oculto, solamente me quedo mirándolo a los ojos y veo como se llenan de rabia, al igual que hay preocupación ante mi estado.

—¿Porque me ayudas?—le pregunto de vuelta sin contestarle a su pregunta y veo como sus ojos vuelven a los míos, sonríe por unos segundos aligerando el ambiente, haciendo que por unos segundos me centre en sus sonrisa.

—Porque puedo y quiero—responde antes de hacerse unos milímetros a mí, y alzar su mano para posarla cerca de mi tobillo, justamente en el lazo que sujeta los tacones pero antes de tocar mi piel me mira esperando mi aprobación, asiento levemente con la cabeza con resignación, sabiendo que aunque no sepa el motivo por el cual está ayudandome debo aceptar su ayuda.

El empieza a quitarlos con suavidad, una gran diferencia a las manos que me han tocado anteriormente, el parece tomárselo con paciencia, con sumo cuidado me los quita dejando mis pies en el suelo, haciendo que sienta la frialdad que hay en el, logrando que mi mente se aclare un poco más y aleje a mis demonios por completo.

Noto como su mirada esta fija en mi, al mirarlo veo como sus ojos están mis pantalones que todavía están a medio bajar por las rodillas, al volver a posar su mirada en mis ojos se lo que pretende.

Yo no puedo contestarle ya que parece que mis palabras se han evaporado por un instante así que solo estiro una pierna, para que le sea más fácil quitarlos, lo cual hace sin tocar mi piel, totalmente enfocado en su tarea, su mirada en ningún momento se vuelve oscura ni hay deseo en ella, solamente hay preocupación.

Cuando mis piernas está libres, las recojo aún más pegándolas a mi pecho, cubriendo todo mi cuerpo con su chaqueta, mientras que el mira hacia alrededor de mi, hay vidrios y muebles destrozados igual que en toda la sala, todo el caos me cubre tanto físicamente como en el exterior.

—Debes salir de aquí, debes curarte—habla con decisión mientras que me mira, evaluando otra vez mi estado y niega con la cabeza otra vez lleno de rabia, haciendo que sus puños de aprieten ligeramente aunque su estado de calma vuelve rápidamente—te tendré que ayudar aunque no lo quieras, no estás en condiciones para salir de esta situación tu sola—termina de hablar mientras que su mirada no se aparta de la mía, intentando ver si he comprendido sus palabras.

El sacrificio de la reina (+21)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora