Capitulo 96

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Las horas moviéndonos bajo el sol, sin ningún descanso y sintiéndome en todo momento tan lejos del mundo real han echo estragos en mi.

Mi mano se aprieta sobre su camiseta mientras que el no deja de caminar, no sé si tiene idea de dónde vamos o solamente no estamos perdiendo en este laberinto.

Mis ojos cada vez que logran abrirse solamente ven lo mismo, mismos árboles y arbustos que me hacen tener la ilusion de que andamos en círculos.

Mi mirada se vuelve a enfocar levemente, va hacia el camino que estamos dejando atrás, esperando que el aparezca o que alguien aparezca, ya que esto está siento demasiado tranquilo cuando de supone que ya deberían habernos rodeado.

Se que sabe exactamente que me he escapando, al igual que Marcell lo ha traicionado, debería haber mandado a los pocos hombres que le quedan pero en cambio nadie se nos ha cruzado en el camino en estas horas.

El no saber que está pasando, si Alexis a logrado escapar y este salvo, si el está planeando algo nuevo que nos quitará la posibilidad de lograr salvarnos, me hace sentir aún más fuerte el caos en mi mente.

—Para—digo en voz baja haciendo que sus ojos azules me miren detenidamente antes de dejarme sobre lo que parece una roca al segundo después de escucharme hablar.

Veo como el mira hacia todos lados y está atento a cualquier sonido mientras que de su mochila saca una botella de agua.

Apenas le prestó mucho atención, solamente me llevo una de mis manos a la cabeza, mientras que intento no ceder ante todos los pensamientos que me inundan.

El dolor de cabeza y el cansancio que tengo me están dejando totalmente fuera de juego, ya no soy nadie.

He librado peores batallas que está, pero el no tener nada en lo que aferrarme hace todo más intenso, igual que el tener que volver a huir de él me hace volver a sentirme indefensa ante los demonios que el mismo creo.

—Bebe un poco, todavía nos faltan unos minutos para llegar al punto indicado—habla con suavidad mientras que se arrodilla entre mis piernas y su mano va hacia mi mejilla obteniendo que levante un poco la cara y el me incite a beber cuando posa la botella en mis labios—eso es pequeña, se que ahora mismo no estás muy bien, pero lo estás haciendo genial, estás conmigo y eso es lo que importa—habla lentamente cuando dejo de beber y el da una caricia en mi cara antes de volver a guardar la botella en la mochila, y volver a levantarme sin ningún esfuerzo para pegarme de nuevo a su pecho.

Suspiro mientras que nuevamente cierro los ojos dejándome en total oscuridad pensando en sus palabras.

Puede que mi mente siga en este mundo, pero aunque lo esté no tengo las fuerzas suficientes para combatirlo, la Daphne que llegó a este país con esa fuerza y esa decisión se ha ido poco a poco.

He logrado muchas cosas pero me ha costado sacrificar muchas otras,y una que sabía que perdiera era mi salud mental.

Salgo de mis pensamientos cuando el empieza a cantar levemente, mientras que no deja de caminar sin dejar de estar pendiente a cada movimiento que  hay a nuestro alrededor.

Su voz me hace por momentos quedarme en el mundo que el contempla, aleja cada uno de sus sentimientos que tanto odio que estén en mi interior.

—¿A donde pretendes ir?—pregunto al cabo de un rato mientras que intento poner de mi parte, apoyo la pierna sana para quitarle un poco de peso de encima—llevo viendo los mismos árboles durante horas—le digo entre dientes mientras que me sujeto de su brazo y le intento seguir su paso.

El no habla por momentos, simplemente me ayuda a que camine, aunque eso nos retrase, pero es algo que necesito para mantenerme enfocada, el parece darse cuenta enseguida, por eso me ayuda antes de escucharle hablar de nuevo.

El sacrificio de la reina (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora