El sacrificio de la reina (+21)

Capitulo 81

Miro hacia el jardín totalmente perdida en mis pensamientos durante todo el tiempo mientras que de fondo escucho la película que me se de memoria, ya que es mi favorita al igual que la suya.

Sonrió al saber que tiene mis mismos gustos, en vez de ver pelis de dibujos animados siempre le ha gustado la acción y los coches como a su tío y a mí.

Por eso al girar un poco la cabeza lo veo viendo atentamente la saga más legendaria que hay de coches, la mira como si fuera la primera vez, aunque la haya visto mil veces a mí lado.

También veo como su mirada de vez en cuando se dirige hacia mi, comprobando que no me he movido ni un solo milímetro.

Desde hace más de diez minutos lo observo con tristeza mientras que repaso mentalmente lo que debo decirle, queriendo no pronunciar esas palabras que tanto dolor producen en mi interior.

Le doy otra mirada antes de volver a mirar hacia la ventana, sabiendo que me quedan pocos minutos para tener que despedirme del que siempre ha sido mi razón de existir.

Duele demasiado, pero me vuelvo a repetir que es lo mejor para ambos, lo mejor para su felicidad.

El saber que el está lejos, además de que el secreto se mantendrá en pie como hasta ahora, que no podrán dañarme con el me hará actuar como debo.

Al igual que el saber que el tendrá una vida normal y en paz alejada de todos los enemigos que me rodean, los cuales siempre han querido encontrar esa debilidad que tengo.

Noto como una persona se pone a mí lado haciendo que parpadee para enfocar de nuevo el jardín, observo de reojo como cruza sus manos al frente mientras que mira el mismo punto que yo.

Pasamos unos minutos en silencio hasta que habla de forma suave y baja.

—Le hablaré siempre de ti, intentaré que se adapte a una vida nueva lo antes posible, no sufrirá demasiado—habla la persona que una vez mas me ha demostrado que tiene el corazón mas grande que conozco.

La miro y veo como sus ojos se desvían hacia mi y me sonríe  transmitiéndome seguridad al saber que lo dejaré con la persona adecuada, la única que puedo cuidarlo como lo he echo yo desde que nació.

—¿Estas segura?—vuelvo a preguntar aunque por su mirada se que no ha cambiado de opinión, pero aún así necesito que me lo vuelva a decir de nuevo.

Se gira totalmente hacia mi y separa sus manos para coger las mías, y darme esa mirada que siempre ha sabido controlar mis demonios, la cual está llena de confianza y no hay ningún rastro de mentiras.

—Lo estoy—habla mientras que me da una sonrisa y acaricia lentamente mis manos temblorosas—ademas los niños lo ven como un hermano más, han estado siempre juntos, pareceremos una familia feliz y estable, sabes que todo está calculado a la perfección—habla con cariño mientras que lo mira igual que yo, viendo como sigue entretenido—el estará bien, al igual que tu también lo estarás—habla de nuevo mientras que dirige su mirada hacia mi.

Asiento lentamente mientras que suspiro, volviendo a repasar todo el plan que ha formado Armand en tan solo unas horas, en el que se ha incluido voluntariamente Sindy.

Ángel dejara de estar vinculado a cada uno de nosotros, en especial a mí, pasando a ser  uno más de los hijos de Sindy.

Ella junto a su marido comenzarán una nueva vida en la otra punta del continente, sin ningún tipo de riesgo y sin apenas contacto con nosotros.

Eso es lo que más me duele, que solo pueda saber de mí hijo solamente dos veces al año, pero es lo mejor para todos, para su seguridad.

Además de que el también necesita volver a tener una vida normal, hablar constantemente conmigo no le hará bien, al principio sufrirá pero luego será lo mejor para el, aunque a mí me mate no saber de el en cada momento, pero también sabré que el estará bien.