14. Duérmete.

3.8K 143 0
                                    


—La pizza ya ha llegado.—Pedri interrumpió mis pensamientos.

—voy.—dije.

Fui hacia el salón y me senté en un borde del sofá.

—Creo que con esto no nos alimentaremos los tres.—bromeé.

—Yo no tengo hambre, os dejo la pizza para vosotros.—dijo Mariam.

—No. Tu vas a comer.—le dije.—Lo peor que se puede hacer cuanto estas mal es no comer.

—No te niegues que no va a parar hasta que comas.—mi amigo hizo un intento de susurrar para que no lo escuchase, pero lo acabé escuchando.

—No prometo comer mucho.—fue la respuesta de la chica.

—Pedri, comete tu la pizza yo me comeré un Yatekomo.—dije levantándome para ir hacia la cocina.

Cuando me lo prepare y volví al salón, ellos estaban hablando en susurros, los ignoré ya que seguramente sean tonterías de Pedri.

—Que raro, no estás preguntando sobre que estamos cuchicheando.—se burló el canario.

—No voy a hacer el esfuerzo para que me digas que no me lo vas a decir.—contesté.

El soltó una risita y asintió con la cabeza dándome la razón.

Luego cenamos, una vez acabamos Pedri y yo nos pusimos a ayudar a Mariam a cenar.

No comió demasiado, pero se le veía en la cara que tenia el apetito cerrado, así que no la forzamos demasiado.

Luego de un rato, Pedri se fue a su casa y nos volvimos a quedar Mariam y yo solos.

Quería decirle de hablar sobre lo del beso. Decirle que en verdad no era solo por la tensión del momento, sino también porque habían sentimientos de por medio.

¿Pero era demasiado temprano para decirlo?

Apenas he descubierto hace unas horas que siento algo por ella, pero si no lo hablo ya, no me lo voy a sacar de la cabeza.

Es el momento, ahora o nunca.

—Mariam, creo que deberíamos hablar de lo de antes...—dije con miedo a que me respondería.

—Yo también lo creo, pero no me quiero calentar más la cabeza, con todo el tema de lo de esta mañana estoy que no estoy.—dijo.

Oh shit.

No me acordaba.

¿Acabo de quedar como una muy mala persona? Si. Es que soy gilipollas.

—Es verdad, perdón, no había caído en eso, perdón.—me disculpé.

—No pasa nada, no es culpa tuya querer hablarlo.—dijo dándome una leve sonrisa.

—No, ya, pero lo siento, no debería haber hablado sabiendo que estás mal.

—Gavi.—me llamó pero hice caso omiso.

—tampoco tendría que haberte besado, no se porque cojones lo hi...—dije rapido pero no me dejo terminar.

Me besó, fue un beso largo y suave, de esos que te tranquilizan.

Una vez sintió que estaba más tranquilo, se separó.

—Ahora que ya estás tranquilo ¿me dejas hablar?.—preguntó.

—Si me das otro si.—bromeé.

En verdad no estaba bromeando tanto, solo había probado sus labios 2 veces, pero con estas veces puedo asegurar que son adictivos.

—Yo te lo doy encantada, pero no te acostumbres.

¿Como? Por cosas así me como la cabeza pensando. ¿Qué significa eso? ¿Y si solo quiere jugar conmigo?

—No estoy jugando contigo, que seguramente es lo que estás pensando.—dijo amablemente, antes de besarme.

Disfruté ese beso como si fuera el último que nos fuéramos a dar.

Y razón no me faltaba, seguramente en meses o años no nos volvamos a besar o ni a tener una conversación solos en la cual yo no conteste con monosílabos.

—Va a ser mejor ir a dormir ya y mañana hablamos.—dijo mirando la hora.

Ella fue a la habitación de invitados a dormir.

La habitación de invitados tenía una cama demasiado vieja y cada vez que te mueves chirrea.

En medio de la noche no paraba de escuchar como la cama de la habitación de al lado de la mía hacía ruido y no me dejaba dormir.

Fui a la habitación y me apoyé en el marco de la puerta.

—Duérmete.—le dije de mal humor a la chica.

—Si pudiera lo haría.—respondió también de mal humor.

—Ven.—dije acercándome a la cama y tendiéndole mi mano para que viniese conmigo.

—¿Por?.—preguntó extrañada.

—A dormir.

—No voy a dormir en la misma cama que tú.

—La única vez que te has dormido en esta casa ha sido cuando estabas conmigo.—dije.

Ella sabía que yo tenía la razón, pero nunca me la daría.

—Así que ahora vas a ir a dormir conmigo si no quieres ir mañana a trabajar con cara de muerta.—le ordené y me fui de la habitación.

Ella me siguió.

Me tumbé en la cama y ella hizo lo mismo.

Al principio nos dimos la espalda, pero notaba como no paraba de dar vueltas.

—Puedo abrazarte.—preguntó Mariam, tímidamente.

Yo solo me giré hacia ella y le rodeé la cintura con mis brazos. Ella se acostó en mi pecho y finalmente, se durmió.

Yo me quedé un rato observando lo bien que se veía durmiendo, esta tía era extremadamente guapa.

También iba pensando en todo lo que había empezado a sentir este día. Ni con Ada había sentido esto, me da miedo.


________________________________________________________________

Pobre Gavi que se está comiendo la cabeza.

QUE LA HISTOTIA HA LLEGADO A SER TOP 4, NO ME LO CREO, MUCHÍSIMAS GRACIAS AMORES.

Si os ha gustado este capítulo no os olvidéis de votar.

Y también me gustaría que comentaseis, me encanta responder comentarios.

Chao pescao, se os quiere🫶🏼

A si, perdón por que el capítulo sea corto, no sabía como hacerlo sin meterle mucho relleno.

Cállame. - Pablo Gavi Where stories live. Discover now