Capítulo 30: [BD] Vinculos

828 100 24
                                    

Los besos de Muto bajaban por el pálido cuello de Haruchiyo, la peliplatinada temblaba ante el toque de su Capitán, el mayor acariciaba los desnudos muslos de la más baja

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Los besos de Muto bajaban por el pálido cuello de Haruchiyo, la peliplatinada temblaba ante el toque de su Capitán, el mayor acariciaba los desnudos muslos de la más baja.

Ambos yacían en la cama, desnudos y mojados por el reciente baño, luego de haber regresado de la fiesta de Halloween hecha por Koko. La pálida piel de la chica era una vista bastante erótica para Muto.

—C-capitán, me haces cosquillas.― habló entre jadeos la chica, sintiendo la respiración de Muto cerca de su cuello.

Muto siguió besando el redondo seno derecho de Sanzu, mirando esos bellos ojos bañados en placer, podía sentir su erección rozar con la humeda entrada de la peliplatinada, y era la sensación más jodidamente excitante de su vida.

En su gran mano, sostuvo el suave seno, ni tan grande ni tan pequeño, simplemente perfecto, al igual de la dueña de este.

Lamió el pezón sonrosado, la joven arqueo la espalda y jadeo con fuerza al sentir la cálida lengua de Muto jugar con su pezón.

—Muto-San, s-se siente r-raro.― balbuceó, intentando controlar sus jadeos —M-metelo, no hagas todo est-.— los reclamos de Sanzu fueron callados por un salvaje beso, una mordida de parte del pelón hizo que Haruchiyo abriera sus labios.

La temperatura de ambos se elevó mientras sus labios parecían tener una batalla por quien tenia el control. Sus corazones se aceleraron y sus respiraciones se volvieron más pesadas y profundas.

—¿Qué quieres que te haga?— susurró Muto, cerca del oído de Sanzu.

Sanzu jadeo al sentir su oreja ser mordida suavemente.

Los dos dedos de Muto se adentraron por la humeda entrada de la joven, mientras dejaba un camino de besos y mordidas desde los labios de Sanzu hasta su pecho.

—M-metemelo.— contestó con dificultad —Quiero olvidarme de mi propio nombre de tanto decir el tuyo, Capitán.

Muto sonrió, y con su dedo pulgar presionó el botoncito rosado llamado clitoris, y torturosamente lo empezó a mover. La menor tapaba su boca, avergonzada por sus propios gemidos, disfrutando la sensación excitante que recorría su cuerpo con cada obsceno toque de su capitán.

Estaba siendo estimulada por ambos lados.

—M-Muto.— jadeó de nuevo, mientras empujaba a Muto para que dejara de chupar sus sensibles pezones —E-espera... voy a...s-se siente raro.— intentó explicar, pero sus jadeos desesperado no se lo permitian.

Muto se apartó, mirando con detenimiento a Sanzu sin dejar de masturbar su pequeña entrada, intentando memorizar cada pequeño detalle de aquel momento.

Muto sintió como sus dedos se encontraban atrapados en la humeda cavidad las cuales ahora se encontraban empapados del fluido femenino. Su pecho subía y bajaba desesperado, su rostro rojo al igual que sus orejas y hombros, su labios abiertos con finos hilos de saliva adornandolos.

La caída de la gran manipuladora... o eso creoWhere stories live. Discover now