Capítulo 35: [BD] Hermandad

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La clara mañana empezaba a colarse por las cortinas, algunos rayos de sol chocaban con los párpados cerrados de la dormida pelinegra, quien con molestia dejó escapar un sonido de molestia por ser molestada tan temprano

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La clara mañana empezaba a colarse por las cortinas, algunos rayos de sol chocaban con los párpados cerrados de la dormida pelinegra, quien con molestia dejó escapar un sonido de molestia por ser molestada tan temprano.

Los ojos de Kokonoi parpadeaba con molestia intentando acostumbrarse a la luz del sol que les pegaba directamente.

Con disimulo, giró su cabeza hacia el lado izquierdo, topandose con la bella cara del aún dormido Inupi.

Sin hacer ningun movimiento rudo para no despertar al rubio, giró cuerpo para poder observar mejor a Inupi.

No era inusual verlo dormido, Seishu era una persona que aunque hubiera tomado largas siestas durante todo el día seguia con una mirada adormilada.

Los azabache ojos de Koko detallaron más en el rostro de su novio, su perfecta piel adornaba con aquella cicatriz de quemadura, sus finos labios de leves tonos rosados, y sus largas pestañas. Desde niños, había desarrollado una inocente fascinación por las pestañas de los hermanos Inui, largas, onduladas y claras que se movían a un ritmo perfecto que llegaba a ser hipnotizador.

—Deja de mirarme con esos ojos, Koko.— murmuró Seishu, mientras abria lentamente sus párpados, agitandos un poco sus largas pestañas. Dejando que los hermosos jades chocarán con los azabaches.

—¿Qué ojos?— preguntó inocentemente, parpadeando repetidas veces para darse un aire de desentendida.

Seishu solo rió por eso, amaba como brillaban los ojos gatunos de Hajime al hacer contacto el sol.

Agarrando de la cintura de la pelinegra, la jaló hacia él, pegandola a su cuerpo. En donde la pudo besar como lo había ansiado en sus sueños.

Los finos labios de Koko encajaban perfectamente con los de Inupi. Ambos parecían disfrutar de como sus lenguas parecían batallar para ver quien llegaba más profundo, las manos de Seishu bajaba poco a poco desde la espalda de Hajime hacia llegar a sus glúteos, apretandola más hacia él. Koko dejó escapar un gemido ahogado por la impresión.

Joder, se empieza a poner bueno.

O tal vez no.

Un codo golpeado "delicadamente" la espalda de Hajime la hizo voltear al instante.

Mirando la cara de Kisaki Tetta acostada al otro lado de la cama, junto a ella.

—¿Qué haces en mi cama?— cuestionó Koko.

—¿Tu cama?—las cejas de Kisaki se juntaron hasta formar su característico ceño fruncido —¡No sé por qué sigo rodeandome con puras idiotas!

Desde una vista más panorámica, se podía ver la gran habitación de Tetta, una gran cama King pegada a la ventana que era cubierta por unas lindas cortinas blancas.

Apoyado sobre la pared, se encontraba el adormilado Inui Seishu quien rodeaba con sus brazos la cintura de Kokonoi Hajime, la cual miraba entre sorprendida y molesta a Kisaki Tetta, dueña de la cama y quien se encontraba a su lado, y justamente al lado de la morena se encontraban las hermanas Shiba, quienes se despertaron por el grito de Tetta.

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⏰ Last updated: Feb 17 ⏰

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La caída de la gran manipuladora... o eso creoWhere stories live. Discover now