Un talvez...

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El oso y el hombre de netherite se fueron caminando a su casa, el oso observaba el ambiente. -Farfa, ¿Es bueno el Clan?- preguntó el oso, mirando directamente a los ojos al de armadura.-Es muy bueno, te pagan mucho y no te dan malos tratos.-Respondió el de armadura.-Ademas, como tu estas conmigo te respetarán bastante.- Añadió, devolviendole la mirada al oso.-¿Por qué?- Preguntó el oso. -Soy un miembro élite del Clan, uno de los mejores además ayude al jefe a fundar el clan.-Hablo el de armadura, para luego desviar su mirada hacia el camino. El oso escucho esas palabras y le motivo más a unirse. -Quiero unirme...- Comentó el oso, mirando al de netherite. -Primero, tienes que ir conmigo a una de mis misiones, ahí te daré instrucciones. Le diré al jefe si tiene otra misión para mi esta semana- Hablo el de netherite.

El dúo llegó a su casa en la noche

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El dúo llegó a su casa en la noche. El oso abrió la puerta y se acostó en uno de los sofás de la sala de star. Mientras que el de armadura fue a cocinar algo para cenar, tenía hambre y quería comer algo. Suspiro y saco unos panes, con unos quesos y una cecina. Puso el tostador y empezó a calentar los panes, para luego ir donde estaba el oso, dejando de lado los panes. -Di que si.- Comentó el de armadura. -¿Por qué?- Preguntó el oso, mirando a el de netherite. -Si dices que no, te pueden matar.- Respondió, su tono era frío. -El Clan se asegura de que sólo las personas que pertenecen a el, podrán saber del clan, si hay una persona que sabe y no es del clan, lo matan...- Añadió, para luego mirar el tostador y ver que los panes estaban listos. -Bien, ven a la cocina, ya esta lista la cena.- Ordenó el de netherite, para luego dirigirse a la cocina y terminar de hacer los panes. El oso, después de un corto tiempo, fue a la cocina y se sentó en su silla habitual de aquella mesa con dos sillas.

La cena estuvo incomoda, no hubo una palabra en toda la cena, solo un "gracias" con suerte, el oso quería iniciar una conversación pero no tenia un tema de conversación mientras que el de netherite no quería hablar, quería quedarse en silencio. El de armadura se apresuró en comer, devoró la comida y luego se fue con un tono bajo pero no tanto para que el oso lo escuchara. -Permiso.- Esas fueron sus últimas palabras para luego irse donde su habitación, cerrando con llave la puerta. El oso se quedó un corto tiempo en la cocina, para luego ir a su habitación y cerrarla, haciéndole creer al de armadura que el estaba durmiendo, para luego abrir la ventana de su habitación y escaparse por ahí. Miró a todos lados, asegurándose de que nadie lo notará. Cuando ya supo que no había nadie, corrió a un lugar no tan cercano de su casa, a un lugar lleno de naturaleza, el oso miraba ese lugar siempre que salía con el de armadura a entrenar, aunque el oso no a salido mucho desde que a estado con el de armadura ya que era por protección. El de netherite no le prohibía todo, no era muy protector con el, solo le pedía que no se metiera en problemas y que llegara vivo. El oso tenía libertad pero se limitaba por los problemas que le había causado sus padres.

Volviendo al tema: El oso fue a aquel lugal con bastante vegetación, se acosto en el suelo, admirando las estrellas y la luna, la fría noche lo acompañaba. Le gustaba tomar un respiro alguna que otra vez, aunque pensaba que estaba solo, escucho unos pasos, como estaba cerca de su casa podía oír quien estaba cerca de su casa. Entonces, se asomó entre arbustos, vió a el de armadura salir de la casa e irse a un lugar. La curiosidad del oso lo tentó a perseguirlo y investigar.

Camino entre arbustos el oso, teniendo cuidado con cada paso que daba, intentaba que el de armadura no notará su existencia, entonces mantenía su distancia, hasta que el de armadura llego a un lugar iluminado, había gente y lo importante; estaba a...

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Camino entre arbustos el oso, teniendo cuidado con cada paso que daba, intentaba que el de armadura no notará su existencia, entonces mantenía su distancia, hasta que el de armadura llego a un lugar iluminado, había gente y lo importante; estaba aquel jefe de capa larga con el de calavera blanca a su lado, estaban sentados, parecía esperar al de armadura. Estaban al aire libre, pero había mucha gente, por lo cual se le facilitó escuchar al oso su conversación;
-Es bueno verte de nuevo, mi viejo amigo, siéntate.- Habló el de capa, señalando un asiento al frente de las dos calaveras. -Igualmente...-suspiro el de armadura.- Ve al punto, ¿Para que me llamaste al medio de la nada?-Pregunto el de armadura, mirando al de capa y a su acompañante. -Temo que tenemos un problema.- Respondió -Me dijieron por ahí de que Rubius y Vegetta nos traicionaron, lamentablemente.- Suspiro el de capa, mirando su alrededor. -¿Qué?- Pregunto desconcentrado el de netherite, bajo la mirada al suelo, intentando pensar sobre lo mencionado. -Si, al parecer, como sabes, te contratamos a ti para el pedido de Rubius y Vegetta, no nos pagaron y entonces se fueron a nuestro clan enemigo, uno de nuestros integrantes estaba ahí, le habían ofrecido 24 lingotes de netherite más aquella recompensa que plantearon en aquel aviso...- Hizo una pausa el de capa. -... A cambio de el hijo de ellos dos. Aunque, necesito que me traigas a Rubius y Vegetta, van a pagar por traicionarnos.-Ordeno el de capa, mirando al de armadura. -No puedo...- Susurro el de armadura. -¿Por qué?- Preguntó en un tono firme. -El niño que te mostré, el es el hijo de Rubius y Vegetta, me odiara por eso.- Respondió el de armadura. - ¿¡Cómo que es el hijo!?- Preguntó y exclamó el de capa, se notaba por el tono que estaba enojado. -P-Perdon señor... Aunque, le puedo c-contar después t-todo, se lo juro, no quiero traicionar al clan.- Respondió el de netherite con un tono entrecortado. -Dimelo mañana, en mi oficina, así tenemos más privacidad, vete.- Ordenó el de capa, con un tono firme y agresivo. El de armadura asintió, se levantó de la silla y se fue corriendo, se fue donde había entrado, al estar ya lejos de aquel lugar, habló. -No voy a fingir más que no me estás siguiendo, muestrate y dí lo que quieres.- Ordenó en un tono firme el de armadura, deteniéndose, mirando a su alrededor. -No me mates por favor...- Respondió el oso en un tono bajo, acercándose al de armadura, dejándose ver. El de armadura lo vio, dando un suspiro pesado. -No quiero que digas algo de lo que acaba de pasar o te juro que te llevaré dónde tus padres.- Ordenó el de armadura con un tono sarcastico pero firme.

¿Un Tryhard A Qué Costo? - Spreen [1ra Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora