¿Por qué?

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Una de las grandes mansiones de Karmaland, la mansión triple siete, se encontraba el dueño, quien vivía solo, el ambiente estaba sucio y desordenado, había mal olor, muchas embulturas de diferentes comidas pero se destacaba la cantidad de botellas de vidrio de alcoholes, diferentes sabores, tipos y marcas.
-Me siento culpable- pensó el brujo. -¿Cómo pude hacer todo eso a mi propio hijo?- Suspiró mientras agarraba una cerveza del suelo, escucho a alguien tocar el timbre y se levantó de mala gana.

-¿Quién es?- Preguntó el alcohólico.
-Soy yo, Rubius, vengo a hablar sobre nuestro hijo.- Respondió el oso a través de la puerta.

El pelinegro rápidamente dejó pasar al castaño, quien dio mala cara por el olor a muerto que había.

-¿Qué hay sobre Ivan? ¿Lo encontraron?- Preguntó desesperado.
-No, pero te vengo a echar de esto, no quiero que ayudes más en esto.- Respondió  con un tono firme.
-¿Qué? No me puedes hacer esto, ¡Ivan es mi hijo!- Exclamó.
-Si tienes el mínimo contacto conmigo o mi familia, te demandaré por maltrato y abuso de poder sobre nuestro hijo.- Suspiro. -Eso explica el porqué siempre tenía moretones y heridas.-
-¡Por favor! Ahora quiero arreglar las cosas con el, estaba tan cegado por la ira que no sabía el daño que le hice, solo quiero disculparme por todo, aunque yo no tenga su perdón...- Suplicó.
-No, ojalá y seas feliz, tu eres la razón del que el se fuera. Hablo el castaño claro y se fue con un gran portazo detrás suyo.

El brujo devastado con esa noticia, no podía más, perdió todo y todo fue culpa suya, tal culpa que lo mutilaba por dentro, lo destrozaba, ni con botellas enteras de vino le podía alejar de la culpa, se sentó en el suelo y se agarro el pelo en form...

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El brujo devastado con esa noticia, no podía más, perdió todo y todo fue culpa suya, tal culpa que lo mutilaba por dentro, lo destrozaba, ni con botellas enteras de vino le podía alejar de la culpa, se sentó en el suelo y se agarro el pelo en forma de frustración, se sentía tan destruido, no podía ni explicarlo, la ira, la tristeza, el dolor y la culpa lo comían, poco a poco los pensamientos suicidas empezaron a salir, tantas formas y solo podía hacer una. Tomo una última botella de vino, agarró papel también una pluma, cuando pudo, empezó a escribir.

"Querido hijo, Ivan:"

"Se que estas enojado por todo lo que hice y no te culpo,
hasta yo me odiaría si estuviera en tus zapatos, pero soy
bastante sincero, perdón, pido disculpas aunque tal vez
no me las querrás dar, no te obligaría ni te culparía, pero
escribo esto para darte un adiós, desde el más allá esperaré
tu perdón. Todos estos años no pude ver todo el daño que
te cause, no puedo justificar el mal que te hice, estaba muy
triste por todo eso, pero es muy tarde por lo que me doy
cuenta, solo espero que sigas adelante ya que es algo que yo
no pude hacer, pido a todos los dioses que te ayuden y te
den bastantes oportunidades y fuerzas para seguir con tu
vida de maravilla, que algo o alguien no se interponga en
tu camino, lograrás muchas cosas y eso lo sé, te quiero y
te extraño"

-Con mucho cariño: Vegetta, tu padre.

Esta carta la dejo en un bolso que quedo encima de la mesa, escribió el nombre en grande el de su hijo, se fue a la cocina y agarró un cuchillo para prepararse, el cuchillo disparaba a su cuello, sus manos tiritando, sus lágrimas cayendo mientras su cara demostraba culpa, la soledad, la ira lo mataban, su cuerpo entero estaba tenso, era difícil atentar con su propia vida, parecía impotente, su propio cerebro lo detenía, parecía como si le hubiese estado advirtiendo sobre esto, estaba muy sobrio, por eso podía percibir todo esto. Agarró la botella de vino y la tomó cada sorbo lo dejaba más y más ebrio, cuando terminó de tomar, agarro la botella y la tiró hacía la pared.

El brujo agarro el cuchillo, cerró los ojos y dejó que sus manos hiciera toda la magia, poco a poco sintió como se clavaba, con un dolor inmenso, pero no podía parar, ya lo estaba haciendo. Cada vez que el cuchillo penetraba su cuello, más perdía la conciencia, su pulso se volvía débil, poco a poco perdía la fuerza, no tenía voz, tampoco respiraba. Sintió como su cuerpo luchaba por quedarse parado pero al final el se cayó. El cuchillo ya estaba haciendo lo suyo, ya de por sí estaba a la mitad del cuello, el se ahogaba con su propia sangre, el suelo estaba embarrado de sangre y también su ropa, sintió lentamente que se acercaba su muerte, lo cual eso hizo.

 El cuchillo ya estaba haciendo lo suyo, ya de por sí estaba a la mitad del cuello, el se ahogaba con su propia sangre, el suelo estaba embarrado de sangre y también su ropa, sintió lentamente que se acercaba su muerte, lo cual eso hizo

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-Spreen, ¿Sabes por qué te llamé?- Pregunto el de gorra.
-Eh, no lo sé.- Respondió.
-Necesito que mates a Vegetta.- Ordenó.
-¿Qué? ¿Por qué?- Pregunto el oso.
-No te importa, solo hace tu trabajo.- Respondió.

El oso, desanimado, asintió y se fue a arreglarse, duró bastante poco ya que sabía donde vivía su padre, se vistió con ropa negra y un abrigo con gorra, camino hacia Karmaland, aunque no demoro mucho, no se cansaba tanto y ni caminaba tan lento, por lo cual solo se demoró una tarde en ir a Karmaland, de igual forma era ciudad vecina. Ya se hacia de noche por lo cual no se notaba por la gente, camino hacia la mansión, entró por una de sus ventanas y empezó a recorrer, camino habitaciones, baños, patios, centros de diversión, y más cosas, pero no encontraba nada, hasta que entró en la cocina, vió esa horrible escena, corrió a un lado de su padre y se sentó, desesperado, tomó su muñeca y verificó su pulso, el cuál, no tenía, lágrimas y más lágrimas empezaron a caer, no podía ni creerlo, se levantó y miró la mesa con una carta para el, escucho alguien abrir la puerta y rápidamente se escapó por la ventana, corrió y miró detrás suyo, para mirar a la persona que entró, era Rubius, el cuál lo veía fijamente, aunque su rostro parecía furioso.

El oso corrió sin cesar hasta que no tuvo vista de la mansión, pudo entrar a un bosque, aunque tenía un problema, su rostro y sus manos estaban llenas de sangre de su padre. El oso quería seguir pero estaba muy cansado, se acostó con su respaldo a un árbol y cerró los ojos, poco a poco empezó a dormir.

¿Un Tryhard A Qué Costo? - Spreen [1ra Parte]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang