El inicio del fin.

140 13 1
                                    

Horas después, el de gorra estaba en su oficina, se había levantado para vestirse y seguir como si nada hubiera pasado, como siempre lo hacía, suspiró y siguió dándole vueltas a la moneda, hasta que el se aburrió y fuera por la base, caminando, los sonidos de sus pasos rebotando por los pasillos lujosos, el oso notó esto y empezó a seguirlo sin que el se diera cuenta, quería reunir información para descubrir la verdad, caminaba detrás de el, escondiendo su presencia alguna que otra vez, hasta que vio que su amigo de la infancia miraba a un pasillo, ¿Quién diría que se encontraría una sorpresa? Miró a sus lados y vio como desde un pasillo venía Amilcar, con al parecer una guadaña, se aproximo a el, quedando frente a frente.

-¿Amilcar, qué haces aquí?- Preguntó un poco desconcertado.- ¿Tan rápido la conseguiste?- Pregunto otra vez.
-El tiempo es diferente aquí y en el infierno, por ejemplo, acá pasa unos diez minutos y allá diez semanas.- Respondió. -En fin, con esta tienes que matar, ¿Quién se te viene a la mente?- Pregunto con una pequeña sonrisa mientras le daba el arma blanca.

De repente, una puerta se abrió con brusquedad, con una patada tumbó la entrada y reveló la habitación del británico quien corrió para ver que pasaba, miró al de la cicatriz con confusión hasta que vio la guadaña, su mirada cambió por completo por...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

De repente, una puerta se abrió con brusquedad, con una patada tumbó la entrada y reveló la habitación del británico quien corrió para ver que pasaba, miró al de la cicatriz con confusión hasta que vio la guadaña, su mirada cambió por completo por una de preocupación.

-Quackity, we can fix this... (Quackity, podemos solucionar esto...)- Habló en un tono nervioso mientras se alejaba lentamente.
-There's nothing to fix, Wilbur. (No hay nada que arreglar, Wilbur.)- Sonrió mientras se acercaba. -I hope that in hell they do the same to you as they did to me! (¡Espero que en el infierno te hagan lo mismo que a mi!).- Gritó mientras corría hacia a él y le partía el cuerpo por la mitad, haciendo ver sus intestinos, un charco de sangre se estaba generando en el suelo, sus órganos salían de su cuerpo y sus brazos se partieron en dos. -Eso fue fácil...- Susurró el mexicano.
-La guadaña tiene el efecto de cortar todo como si partieras un pan por la mitad.- Hablaba mientras agarraba en un frasco el alma del otro. -Si matas con ella tienes que llevar un frasco para capturar tus víctimas o no funciona.- Explicó mientras le daba el frasco al otro, se notaba claramente como una deidad bastante extraña estaba en eso, como algo negro traslúcido con ojos blancos que más bien parecía humo con ojos que solo reflejaban el sentimiento de la desesperación mientras intentaba escapar desplazándose por el escaso espacio que tenía. -Entre más pura, más blanca será el alma.- Añadió, mirando al híbrido que sostenía la mirada en esa cosa extraña.
-Yo y Farfadox te podemos ayudar, de igual forma, Farfadox es bueno matando.- Sugirió, el cuál, el otro solo lo miro y asintió, para que en un corto tiempo hablara.
-Bien, pero, nosotros no somos suficientes, necesitamos a más del clan.- Suspiro.
-Invita a todos que puedas, menos a Spreen.- Advirtió. -De igual forma tenemos que matarlo para que el no nos mate primero.- Añadió.
-Le diré a Dream que lo maté.- Aclaró.

El oso, a lo lejos, escucho esto, abriendo los ojos de par en par, no podía soportar escuchar lo que salió de la boca del único que confiaba. Rápidamente se giró para  irse, pero algo se le impidió, era Farfadox, el oso lo miró y en sus pensamientos empezó a lamentar hasta del chicle que se robó cuando tenía siete años. -Mierda...- Pensó para si mismo, para luego empezar a correr mientras miraba su inventario, viendo cual poción utilizar, hasta que vio una de velocidad, se la tomo tan rápido como la abrió, la adrenalina lo tenia en sus venas, corrió y corrió hasta que perdió de vista al mayor. -Al fin...- Dio un gran respiro, pasando desapercibido, entró a su habitación y llevó en su maleta lo importante, sus pociones y libro de encantamientos, después iban los suministros, como comida y agua, no tuvo tiempo para empacar más cosas ya que estaba en apuros, salio por su ventana y empezó a escapar por el bosque.

Una semana después, el oso agotado de tanto caminar y sus provisiones se estaban acabando, quería volver a Tortillaland y avisarles a todos que se tenían que ir, pero, no encontraba la ruta, estaba perdido sin un mapa, pasta que se encontró con un señor, rápidamente se acercó a él.
-Buenos días señor, perdón por interrumpirlo pero, ¿Sabe donde queda Tortillaland?- Preguntó con amabilidad.
-Voy a Karmaland, pero Tortillaland esta de paso, si quieres te acompaño.- Ofreció el hombre, tenía un aspecto bastante normal pero lo que resaltaba era su mechón color naranja que estaba en la parte de al frente lo cual era acompañada con unos ojos negros y una barba afeitada.
El oso con una sonrisa acepto, le gustaba compañía de verdad.

Aunque el sol iba a descansar y dejaba que la luna sea la que brille, se sentaron entre unos arbustos al frente de una fogata que los calentaba del frío de la noche.
-¿Cómo te llamas?- Pregunto.
-Spreen...- Respondió.
-¿Por qué estás aquí?- Preguntó otra vez, le daba curiosidad como un joven estaba solo en pleno día.
-Tengo que avisarle a Carre lo que pasa...- Hablo torpemente.
-¿A carrera? ¿El que tiene un traje de dinosaurio?- Pregunto el hombre.
-¿Lo conoce?- Pregunto con esperanza en su voz.
-Si, es un amigo mio.- Respondió.
-Te puedo ayudar, somos compañeros...- Hablaba. -...Pero no lo encontraras fácilmente, no esta en Tortillaland, esa ciudad...Ya no existe.- Añadió con un tono bajo. El oso solo no podía soportar escuchar esto, era y es bastante raro saber esto.
-Ayúdame a encontrarlo... Por favor...- Lo miro con tristeza. El otro solo suspiró y asintió con la cabeza.
-¿Y Karmaland? ¿Cómo están ahí?- Preguntó.
-Es un pueblo chico, pero, desde que el niño de Vegetta y Rubius se extravío todo se a vuelto un caos, ellos mantenían el pueblo, pero estuvieron a la raya estos años hasta que Vegetta se suicidó.- Explicó.

\_____________________________________________________________________________________/

¿Un Tryhard A Qué Costo? - Spreen [1ra Parte]Where stories live. Discover now