¿Un Tryhard A Qué Costo? - Spreen [1ra Parte]

Aceptado con un propósito.

El oso se dirigió hacia donde lo llamaban que era el de netherite, lo alcanzó y siguieron su camino hasta llegar a su destino. -¿Por qué te demoraste?- Preguntó el de armadura. -No es nada, solo estaba viendo las habitaciones.- Respondió el de gafas. -Ten cuidado, es... Peligroso para ti.- Añadió el mayor. -¿Por qué es peligroso?- Preguntó el de pestañas largas. -Larga historia...- El de camisa verde agua quiso preguntar más pero Farfa siempre lo detiene y negaba dar una respuesta.

Bastante tiempo después y caminatas largas e infernales, llegaron, aquella puerta se abrió y se llegó a observar un pasillo que directamente llevaba a otra puerta. Ya le dolía las piernas al menor pero sorprendente al de armadura no, "tal vez sea por la resistencia" Pensó Spreen. Caminaron hacia el fondo del pasillo para abrir aquella puerta enorme. El de netherite tocó la puerta con el pulgar y se abrió, haciendo paso a entrar en la oficina del Jefe, quien miro con discreción. El de calavera blanca se acercó a ellos para dejarlos pasar y decirles de que se sienten en unas sillas que estaban enfrente del escritorio del de calavera negra, ellos asintieron y siguieron las órdenes.

El curandero cerró la puerta y se dirigió dónde se sentaban ellos. -Bien, Spreen, te quería preguntar, ¿Que habilidades tienes?- Preguntó el jefe. -Bueno, se hacer pociones y brujería, aunque no se bastante controlarlos.- Respondió el oso. -Muestrame pequeñas muestras.- Ordenó el jefe, el de camisa verde agua asintió, pensó por un tiempo, no podía recordar bastante de lo que le haya enseñado su padre, solo daba vueltas en su cabeza, pasaba el tiempo y sentia que lo estaban presionando, miro al de calavera negra, el cuál, lo miraba fijamente, suspiro, entonces recordó un truco que le enseño su padre...

-Mira hijo, ¿Te muestro un truco?- Pregunto aquel brujo. -Esta bien, ¿Que truco?- Miro con curiosidad a su padre, observando cada movimiento. El de cabello negro se concentró en la mano izquierda paso un tiempo y apareció una llama negra. -¿Por qué el fuego es negro?- Pregunto con curiosidad el menor. -porque mi magia es oscura, el color de la llama dependerá de la magia del creador.- Respondió su papá. -¿Me puedes enseñar el truco?- Pregunto otra vez el oso. -Es un poco difícil pero, si,si está bien.- Respondió el mayor, apagando la llama que estaba en su mano.

El mayor empezó a explicarle paso a paso a su hijo, -Lo que tienes que hacer, es tranquilizarse y luego desviar su poder tranquilo a la palma de su mano, puede ser cualquiera, tiene que pensar sobre que cosa quieres que aparezca y imaginarlo hasta que lo veas con tus propios ojos, no dejes que el exterior te interrumpa, también, si tú poder no está tranquilo, puedes causar una catástrofe extrema.- Explicó el brujo, esperando que su hijo lo haga, aunque estaba ahí para que no ocurra un accidente, que no pasó en ese momento, el menor suspiro e intento.

El hijo del brujo intento varias veces hasta que le funcionó, estaba tan feliz cuando una pequeña llama estuvo en su mano, pero, lo que observo el brujo es que el fuego, era una mezcla de la magia oscura y la magia de la naturaleza, lo cual, le sorprendió bastante, ya que nunca se había visto algo así aunque algo no le gustaba, pero intento disimular su curiosidad y la cambio por felicidad por el truco que pudo hacer su hijo, le dió una sonrisa y habló. -Deberia de enseñarte más seguido mis trucos, así puedes defenderte y aprender.- El oso asintió por aquellas palabras de su padre.

Aquel recuerdo le dió nostalgia, pero, sin perder tiempo, hizo los pasos que le enseño su padre, se tranquilizó su poder y a el, suspiró profundamente, entonces, dirigió su poder a la palma de sus manos, visualizó lo que quería hacer, una llama como le enseño su padre. Después de un corto tiempo, lo logró, habían dos llamas en cada lado de sus manos, una llama negra y la otra verde. Eso le impresionó a el jefe. -Bien, mañana te esperaremos, a las seis y media de la mañana aquí, se puntual.- Ordenó el de capa, sosteniendo la mirada en el.

El de gafas asintió, lo cual, el de calavera negra le dió una señal que esto termino. El dúo se levantó de su asiento y se despidieron, rápidamente se fueron por dónde entraron. Se fueron tranquilamente caminando, aunque, al menor le entró la duda. -Farfa... ¿Por qué la sala de pociones está abandonada?-Pregunto cuando ya se estaban yendo a su habitación. -Nadie de aquí sabe hacer pociones o algo relacionado con la brujería, excepto Shadoune pero, no quiere hacer eso.- respondió con un tono un poco menos fuerte que de costumbre. -¿Y por que no le dicen nada o le mandan que haga pociones?- preguntó otra vez el menor. -Es bastante bueno en el área del PVP y es un recurso bastante bueno en el clan.- Suspiro el de armadura, no se sentía bastante cómodo hablando del tema, más si tiene algo que ver con una persona en especial.

-Entonces, ¿Quieren que me una al clan con el propósito de utilizar mis poderes para hacer... pociones?- Pregunto un poco enojado, no lo querían solo porqué si y eso le daba mala espina. -Tal vez, pero, tu no eres el único, todos en el clan tienen un propósito, por ejemplo, a mi me contrataron como mensajero, pero, como vez, pase de un don nadie a un caballero respetado.- Respondió el mayor, en su tono se notaba un poco de nostalgia por aquellos recuerdos. -¿Y como conseguiste ser tan reconocido si eras un don nadie?- Preguntó otra vez Spreen, lo cual, el de armadura solo le sonrió. -Es una larga historia, me emboscaron mientras estaba en camino de ir a dejar un mensaje, pelee y salí ileso, lo cual, a mi sorpresa alguien me vio y ahí ocurrió todo lo otro.- Sostuvo la sonrisa hasta sus últimas palabras, parecía que había ocurrido algo.