¿Un Tryhard A Qué Costo? - Spreen [1ra Parte]

Fin a esta mierda.

ESTE CAPITULO TIENE GORE Y VIOLENCIA, POR FAVOR, DISCRECIÓN. (Además de que es un capítulo larguísimo.)

Luego de una semana de viaje hasta la base enemiga, ellos se encontraban vigilando la entrada, hasta que vieron algo, peculiar...Estaba la mamá del protagonista, Rubius en la entrada, aunque su rostro no se mostraba, tenía la máscara de un oso, aunque a juzgar por su lenguaje corporal, parecía enojado y algo triste, además que insistía en ver a Quackity, lo cual, el argento le tomó por sorpresa, no sabía que entre Rubius y el de gorro tenían algo. Insistía y Insistía hasta que hablaron cara a cara.

-¿¡Por qué mierda metiste a Spreen en todo esto!?- Gritó. -¡Primero le dijiste que matará a su propio padre y ahora tu mandas a Dream a matar a Lolito!- Sus lágrimas empezaron a caer. -¡Yo no merezco esto!- Gritaba mientras cubría su rostro, el cuál mostraba dolor.
-¿No lo..."mereces"...?- Repitió el mexicano. -¿Acaso se te olvida el detalle de que mataste a mis padres?- Preguntó con clara molestia en su tono.
-Pero si fue Spreen quie-
-El es una de las causantes, pero tú y Vegetta mataron mi mundo, me lo arrebataron, no escucharon sus palabras y sus suplicas, me dejaron a mi suerte y mataron a mis padres, ¡LO VI CON MIS PUTOS OJOS!- Gritó, su voz se elevaba junto con su rabia, pero, tomó un suspiro, manteniendo su mano en un bolsillo suyo.
-M...Me obligaron...- Su voz temblaba.
-Entiendo, pero, sentirás lo mismo que sintió mis padres.- Su voz firme, dio a entender que no había nada que lo cambiará de parecer, saco una navaja de su bolsillo y lo puso en dirección al rubio.

El cuál tenia la defensa baja, no pensaba que lo atacarán, pero, su navaja se partió en dos antes de finalizar aquel ataque, fue interrumpido por una tercera persona, quien tenía empuñada una espada de netherite, en un corte limpio, los pedazos cayeron al suelo, manteniendo solo el mando de la navaja en las manos del otro, cuando vio quien era, no pudo evitar tener dudas, aquella persona se puso adelante del millonario, protegiéndolo, solo pudo ver su espada estrecha, sus brazos con cicatrices por antiguas peleas que tuvo aunque se mantenía en forma, parecía de acero.

-Te seguiré protegiendo, mamá, sigues siendo familia...- Hablaba la persona mientras miraba de reojo a su protegido, hasta que fijo los ojos en su enemigo, poniéndose en pose de defensa.
-Perdón por todo, Iván...- Sonrió el español con pequeñas lágrimas antes de apartarse un poco de ahí.
-Ve por los arbustos de ahí.- Señaló en dirección en donde se encontraba Carre.
El de la cicatriz agarró una espada forjada con restos de la guadaña manteniéndose en alerta, se acercó y dio el primer golpe, el cual, el oso esquivó. Era de la guadaña por lo cual un corte y estaba muerto. Empezó a atacar sus piernas, teniendo esperanzas de dañarle, pero parecía imposible, algo para que el escape, pero era imposible, dando ataques y ataques sin parar entre ellos, aunque eran inutiles, el oso tenía adrenalina, el pensamiento de esquivar y atacar al mismo tiempo lo estresaba, hasta que su rival le había cortado un dedo, por su instinto, logró salvar los demás, aunque su espada voló y su dedo ya no era parte de él, era el dedo índice de su mano dominante.
-Mierda...-Susurró mientras intentaba ir por la espada, arrastrándose por el suelo, el dolor era inigualable, un pedazo de tu propia mano estaba sangrando, mostrando un hueso junto con sangre, intentaba hacer presión pero era imposible, el dolor era terrible. Cuando estaba alcanzando su espada, el otro puso su pie en su espalda, ejerciendo fuerza ahí,preparando su espada y su pote.

-Tu alma es fuerte, me servirá bastante.- Dijo esas palabras antes de apuntar en el lado izquierdo de su espalda, justamente donde se encontraba su corazón, era el maldito fin para ese guerrero, pensaba que iba a morir ese mismo momento y estaba por aceptarlo, pero otros no lo querían así, el vestido de dinosaurio se abalanzó sobre el mexicano, dejandolo boca arriba en el suelo, manteniendo sus brazos con sus dos manos, el español se acercó a los dos.