Pequeño reencuentro

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¡¡¡CAPITULO RESUBIDO Y CON LA HISTORIA CAMBIADA!!!(Es que no quede contenta con el otro entonces lo eliminé.)

El oso, se despertó con una manta encima, al lado suyo había una fogata que estaba calentando carne,estaba lista para comer, miró a otro lado, dando a ver su espada, después de un tiempo, se levantó y se estiró para sacó un pedazo de carne y comer algo antes de irse, comia y comía más del pedazo, estaba muy exquisito hasta que se lo termino, tomó sus cosas y cuando se dio la vuelta para irse, lo miro, era el de la armadura.
-¿Tú? ¿Qué haces aquí?- Preguntó el oso antes de agarrar el mando de la espada, dando a señal que estaba atento.
-Te salvé, por lo menos agradeceme.- Hablo el de netherite.
-Te agradezco pero me voy, no confió en ti.- Suspiro el oso antes de empujar al mayor para irse.
-La próxima vez que nos veamos, te detendré, si no lo logro, entonces, te veré en otro instante.- Dijo esas últimas palabras el de ojos claros antes que el oso se vaya.

Regresando a la base, asegurándose que no lo siguieran, camino y camino hasta encontrar la puerta, le dieron la pasada, tan rápido como entró, fue a la oficina del jefe, Quackity

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Regresando a la base, asegurándose que no lo siguieran, camino y camino hasta encontrar la puerta, le dieron la pasada, tan rápido como entró, fue a la oficina del jefe, Quackity. Tocó la puerta y la abrió.
-¿Tuviste suerte?- Preguntó.
-El ya estaba muerto, señor, se había suicidado.- Respondió el oso, el de gorra golpeó la mesa con enojo.
-Bien, puedes largarte.- Ordenó el de la cicatriz con un tono frío, el argento, sin nada que decir, asintió y se fue.

El oso estaba confundido, -¿Por qué quería que YO lo matará?- Se preguntó. No tenía respuestas, pero no podía preguntar sobre eso, se vería sospechoso, pensó y pensó, quería respuestas, no preguntas, hasta que se le ocurrió algo, habían cárceles abajo de la base, alguien le podría ayudar de igual manera, siempre hay traidores o espías. Caminó hacía su cuarto y empezó a idealizar un plan para que nadie descubra lo que estaba haciendo. Se iba a infiltrar de noche, más o menos como a las tres de la mañana, aunque si sale mal, tal vez lo traten de traidor. No intento pensar en lo peor, lo desanimaba, pero esos pensamientos eran tantos, lo cual, el solo ahogo su cerebro, no pensó, solo actuó, se enfocó en tener las cosas, ropa negra, linterna, sus armas solo por si acaso.

Paso la noche despierto, aunque estaba muriendo de sueño, no podía dormir, necesitaba esa información y bueno, también porque quería hablar con el Rich.

Tres A.M, el protagonista preparado para irse, estaba listo para salir, camino hacia su puerta, la abrió y la cerró con cuidado, camino sin hacer ruido hasta llegar a esa tal puerta que llegaba al sótano, gracias a que todo estaba a oscuras, no lo detectaron y el guardia estaba dormido, no los culpo, a esta hora todo está tranquilo, esta todo para dormir. Estuvo en frente de la puerta e intento abrir, pero no pudo, obviamente estaba con llave, miró a uno de los guardias, lo típico, tenía esa llave que dejaba entrar sin activar algo. Acercó su mano lentamente a la cual le daba la entrada a su puerta, pero, no podía y a lo contrario, el guardia se despertó y grito, el oso, sin alternativa, le pegó en el rostro, haciendo que quedara inconsciente, el de ropa negra miró sorprendido, pero sin perder el tiempo, sacó el cinturón y con eso, la llave, abrió la puerta, llevaba a una escalera  para abajo, estaba algo oscuro, pero las luces inestables lo iluminaban. Siguió el camino que lo llevaba hasta llegar a un pasillo, al final había una puerta de hierro, Suspiró y caminó hacia ahí.

Estando dentro de la habitación, miró con detalle, era otro pasillo pero con jaulas con personas casi esqueléticas, no les daban tanto por comer y algunos tenían moretones, heridas por lo cual, también cicatrices. Camino por el pasillo y miró al Rich, quien dormía en el suelo, era un esqueleto, así que soportaba estar así. Intento despertarlo pero no hubo respuesta.
-No te servirá, el tiene un sueño profundo.- Hablo un hombre, estaba al frente de la cárcel del de calavera.
-¿Y tu quien eres?- Pregunto el oso, miró de arriba a abajo, el parecía bien cuidado, no parecía que le falte comida o comodidad, en un lado de la jaula suya, había un saco de boxeo que parecía que era reciente.

El protagonista miró de arriba a abajo, el hombre tenía un peinado bastante extraño, su pelo estaba a un lado de su rostro, tapando uno de sus ojos, vestía de una chaqueta negra con gorro, que lo tenía puesto, sus pantalones eran unos jeans rotos, sus ojos, eran extraños, eran rojos.

-Me llamo Luzu, y soy conocido por ser un traicionero.- Se presentó el emo.
-Aja, ¿A quien traicionaste y por qué?- Preguntó el oso.
-A Quackity, por su bien pero, me corrompí y bueno, casi lo mato.- Suspiro. -Éramos buenos amigos, éramos unidos...- Siguió.
-Como tu sabes sobre el, puedes ayudarme.- Sonrió. -¿Qué sabes sobre el?-
-Es rencoroso, nunca se rinde hasta conseguir lo que quiere, tiene ojos por todos lados, aprecia la lealtad, siempre que le haces algo terrible, te lo devuelve como treinta veces más fuerte y doloroso.- Respondió.
-Cambio bastante, yo lo conocía desde niños, pero, el no era así...- Se quedó en silencio.- Gracias por eso, te dejaré libre y nunca digas que hice esto o te juro que te mato.- Ordenó el oso.

El de ojos rojos asintió, lo cual, el infiltrado lo libero con las llaves. Miró como el se va y entonces, se dirigió a la jaula del de calavera negra para abrirla por lo cual, el lo llevó, puso una de las manos del enjaulado rodeando su cuello, el oso agarró al del jefe desde un lado de su pecho, lo llevó con cuidado para no causar ningún ruido, camino por las escaleras hasta irse para afuera de la base sin que nadie los viera. Lo llevo al bosque, dejándolo en un lugar un poco lejos, lo acostó entre arbustos, dejo un poco de comida al lado suyo y se fue.

¿Un Tryhard A Qué Costo? - Spreen [1ra Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora