Addicted To You ❀ Kooktae

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Jungkook quería asustarlo y que saliera corriendo.

Desde que Taehyung entró en The Lost vestido como si acabara de salir de un evento de modelos como la estrella principal, Jungkook supo que, a pesar de sus buenas intenciones, no iba a ser capaz de alejarse por sus propios pies.

Lo intentó mandando al rubio bajo la mesa para que le diera un poco de olvido oral, pero lo único que olvidó fue que ese chico estaba haciendo algo que supuestamente debía sentirse bien. Aun con los ojos cerrados sabía lo que estaba pasando en esa mesa.

Cuando Jaehyun decidió hacerse el gracioso, olvidó por qué no debía estar con Taehyung, olvidó que además de su baterista, Jaehyun era su amigo. Olvidó completamente la propuesta de su tío ¡Olvidó hasta su propio nombre!

Lo único que sabía a ciencia cierta era que, si cualquier otro miembro de la raza humana de género masculino lo tocaba, él iba a matarlo y la única manera de frenar sus impulsos asesinos era que el castaño decidiera alejarse.

Por eso le dijo la verdad.

Le gustaba tener sexo rudo, le daba lo mismo si era con mujeres u hombres y le excitaba mucho la perspectiva de ser visto cuando lo hacía, ya fuera por otros participantes o por simples espectadores.

No había tenido sexo privado y cara a cara en más de cuatro años y, por lo que podía recordar de las veces anteriores, la privacidad y el romance estaban sobrevalorados.

Taehyung era un buen chico, por lo que lo lógico sería que estuviera saliendo de su vista en ese momento y probablemente vomitando del asco en un callejón, haciendo más fáciles sus decisiones pendientes. Sin embargo, se quedó allí parado, mirándolo como si él fuese un ave de raza desconocida que apareció una mañana en su ventana.

—No entiendo nada —declaró el chico finalmente.

—¿Qué parte no entendiste?

—¿Eres hetero?

Esa era una pregunta que Jungkook se había repetido muchas veces en su pasado hasta que hizo las paces con su verdadera naturaleza.

—No, no lo soy.

—Pero te gustan las mujeres.

—Me gusta el sexo, el recipiente es indiferente.

—¿Yo te soy indiferente?

—En absoluto, y ese es el problema.

—¿Te molestaría explicarte? Sigo sin entender.

Jungkook suspiró exasperado. Estaba a punto de darle la razón a Jaehyun en aquello de nunca salir con un chico más inteligente que tú. Siempre hacían muchas preguntas.

—Cuando estamos juntos, me sorprendo pensando qué se sentirá estar dentro de ti, tocar tu piel con mi boca, descubrir cómo sabe y qué textura tiene en contacto con mi lengua. Tengo mil sonidos posibles archivados en mi memoria de cómo sonarías cuando llegas al orgasmo, si hablas o si solo gimes, y las últimas canciones que he escrito solo tratan de emular ese sonido. Cada vez es más difícil controlarme cuando estoy contigo, pensé que podía, pero después de anoche estoy seguro de que no puedo y, si no te has dado cuenta de por qué eso es una mala idea, no me has estado escuchando.

—Sí lo hice, con bastante atención, por cierto. Puedo hacerte un resumen: yo te gusto, también te gusta el sexo. Sigo sin entender —una extraña expresión surcó su rostro—. ¿Quieres golpearme? ¿Azotarme?

—¡Claro que no!

—¿Atarme? ¿Denigrarme?

—Yo nunca te haría nada que no quisieras.