—¡En media hora, Jungkook!
Eunwoo entró como una tromba en el camerino, encendiendo luces y hablando demasiado fuerte, despertándolo así de una siesta que, aunque profunda, se sentía insuficiente.
El último mes había sido una locura: una gira nacional con Insanity que comenzó justo en cuanto aterrizó en Busan y que implicaba grandes conciertos en todos los estadios y arenas importantes del país, horas en el autobús mientras componía las nuevas canciones, ruedas de prensa, entrevistas, todo eso sin descuidar el trabajo que estaba haciendo para Heeseok.
El cansancio le estaba pegando. Dormía poco, comía mal, fumaba como un condenado a muerte, no hacía ejercicio y la exigencia de presentaciones casi diarias intercaladas con viajes interminables por carretera hacía que le doliera cada músculo del cuerpo.
—¿En qué ciudad estamos? —Jungkook preguntó aún medio dormido, mientras le daba la orden a su cuerpo de que saliera del sofá, que le había servido de cama improvisada después de la prueba de sonido.
—Gwangju —Eunwoo abrió la heladera del camerino de la cual hizo aparecer mágicamente un Red Bull. Luego sacó de una bolsa de ropa colgada en un rincón el pantalón de cuero que la gente de relaciones públicas había decidido que debía usar esa noche y lo puso sobre una de las sillas—. Te ves como si te hubiese atropellado un camión de dieciséis ruedas.
—Solo estoy un poco cansado.
Lo cual era una completa mentira. «Un poco» ni siquiera se acercaba. Jungkook no conseguía ni recordar el orden de las canciones que tenía que tocar esa noche.
Su cuerpo finalmente captó la orden de su cerebro, aunque ya habían pasado como tres minutos, y fue hasta la mesa donde estaba el Red Bull.
No estaba seguro de si tendría tiempo de tomar una ducha antes de la presentación, aunque a esas alturas estaba convencido de que el agua caliente podría relajar tanto sus músculos que se quedaría dormido en el piso del baño.
—Nadie dijo que ser una estrella del rock era fácil —Eunwoo se encogió de hombros.
—Tú pareces llevarlo muy bien.
Jungkook se dejó caer en una silla que estaba cerca de la heladera en caso de que necesitara otra bebida para despertarse. Quería lanzarle una mirada odiosa pero hasta eso le parecía un desperdicio de energía.
—Tengo sexo, casi todos los días, lo que es un conocido liberador de serotonina, y de vez en cuando me ayudo con otras cosas. Tú, por otra parte, no quieres tener asistencia de ningún tipo en esos departamentos.
—Tengo novio.
—Taehyung está en Seúl, nunca lo va a saber —movió las manos exasperado—. Puedes cerrar los ojos e imaginar que es él. Una pequeña fantasía asistida. Antes te gustaba jugar.
—¿Nunca has notado que cada persona se siente diferente cuando estás dentro de ella? —abrió la heladera para sacar otra lata—. Suponiendo que accediera, cosa que no voy a hacer, y consiguiera apagar mi cerebro, mi cuerpo lo sabría y probablemente se quedaría flácido en mitad del asunto.
—¿Tú? ¿Flácido? —Eunwoo soltó una carcajada—. Si recuerdo con exactitud, podías pasar de cero a mil en treinta segundos y repetir la operación hasta cuatro veces en una sola noche.
—Aún puedo —Se encogió de hombros—, solo que necesito a la persona indicada.
—¿Estás seguro? —El de mechas rubias tomó una de las sillas, la hizo girar y se sentó a horcajadas sobre ella—. Podemos hacer la prueba. Apagamos la luz y vemos qué pasa. Puedes fingir que soy Taehyung, no me voy a ofender.
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Addicted To You ❀ Kooktae
Fanfiction•• Estudiar, leer, subrayar sus apuntes de Medicina, asistir a clase, hacer unas horas extra en la librería y volver a empezar. Esa es la vida de Taehyung, el inteligente, disciplinado y metódico Taehyung, el paradigma del niño bueno que estudia lo...
