✨ Capítulo: 11: "Querida."✨

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Paul se fue bien temprano en la mañana, debía encontrarse con su padre para los preparativos de la cena por el cumpleaños de su madre.

Sonreí al recordar que al despertar, la pasamos muy bien, me atrevo a decir que mucho mejor que lo ocurrido anoche, era inexplicable lo bien que me hacía sentir. El solo echo de despertar con el, me hace súper feliz.
Así que aproveché que me sentía a las mil maravillas y me dispuse hacer los quehaceres de mi apartamento, lavé la ropa y desempolvé cada rincón del mismo.

Luego fuí a mi biblioteca, necesitaba buscar entre los cuadros más bonitos que tenía para obsequiarle a mi suegra, reí para mis adentros al pensar así.

Escogí un cuadro de un paisaje del mar dónde había una familia, el cuadro estaba enmarcado, incluso tenía mi firma en él, busqué un papel de regalo y le puse una pequeña nota de felicitación. «Feliz cumpleaños».

Me senté a ver la televisión en lo que daba tiempo a que llegara mi amiga Hannah, le dije que viniese, necesito su ayuda para escoger con que vestimenta asistiré a la cena.

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-Me gusta ese de ahí. -dijo Hannah mirando uno de mis vestidos.

-Pues tiene que gustarme a mi, no a ti. -le dije buscando en en los demás departamentos de mi clóset.

-Y si te pones este conjunto. -dice sacando un perchero del clóset.

Cuando lo vi, recordé el momento exacto en que mi hermano Enzo me lo obsequió, fue para mí cumpleaños número 19, pero recuerdo que reímos un poco porque mamá decía que me terminaría quedando cuando tuviera 22, Enzo no era muy bueno acertando tallas de ropa.

El conjunto era de una saya alta hasta el ombligo y de largo hasta encima de las rodillas, color rosa pálido y el conjunto de arriba era un top color blanco, de finos tirantes que se cruzaban en la espalda.
El conjunto también traía una chaqueta de color rosa.
Era hermoso y hoy era el día para usarlo.

-Si, usaré ese. -dije tomándolo en mis manos.

-Con estos zapatos. -comenta Hannah tirando zapatos por doquier.

-Si, me gustan esos, me los alcanzas. -dije tomando asiento.

-Cuando encuentre el otro, ¡Cuántos zapatos!. -se queja poniéndose de pie.

Ella tenía razón tenía muchos zapatos, incluso la mayoría eran sin estrenar, así también pasaba con la ropa.
A la verdad no puedo quejarme de nada de eso, la ropa para mí no es precisamente un problema, tengo mucha, por eso cada año hago muchas donaciones.

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Riiii Riiii (suena mi teléfono)

-¡Hola! -contesto la llamada.

-¿Como está mi paciente más rebelde y más malcriada?. -pregunta Enma desde el otro lado de la línea.

-Sabes que ya no soy una niñ.. -Para mi siempre lo serás. -dice interrumpiendome. Enma me atiende desde los 20 años, me trata como si fuese su hija, a la verdad es muy importante para mí.

-¿Ya viste la hora?. -pregunta sacándome de mis pensamientos.

-No, ¿Por que? -se que lo dice porque casi es hora de mi medicamento, pero me gusta molestarla de vez en cuando.

 No te Niegues, aún te queda mucho por sentir.Where stories live. Discover now