𝟎𝟎𝟓. show me yours, i'll show you mine.

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CAPÍTULO       CINCOMuéstrame los tuyos, te enseñaré los míos

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CAPÍTULO       CINCO
Muéstrame los tuyos, te enseñaré los míos

CAPÍTULO       CINCOMuéstrame los tuyos, te enseñaré los míos

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Trabajar había sido lo único que pudo mantenerla alejada de la idea de que Patrick Jensen estaba a tan solo unos metros de distancia.

Se había enfocado primordialmente justo a Spencer a estudiar la victimología, visitaron los hogares de las primeras chicas, sus historiales académicos y se dieron cuenta de que todas eran brillantes con una específica habilidad para las matemáticas. Los sospechosos se fueron descartando poco a poco, y lo que Blair y todos había sospechado desde un principio, era que se trataba de alguien de la su escuela.

Se preguntó por qué esperaron hasta que desapareciera una cuarta chica para llamarlos. Ella estaba bien después de todo, y el ignoto era un chico de diecisiete años que sentía celos de lo que esas chicas eran capaces de hacer, como robarle su lugar en la prestigiosa Brown. A Blair no le sorprendía mucho hasta donde podían llegar las personas para ser los mejores, pero eso no significaba que fuera un caso igual de horrible que todos los demás.

Creyó que regresarían a Washington pronto, después de terminar como siempre lo hacían, pero eran las ocho y todos habían concordado que era buena idea quedarse por esa noche en la ciudad, querían salir a divertirse un poco. Tardaron un poco en convencer a Hotch, pero al final lo lograron.

Todos estaban subiendo a los autos, ella se había tardado un poco porque estaba más lenta que de costumbre, y estaba por abandonar el edificio sin mirar hacia atrás para encerrarse en el hotel la noche que el equipo había decidido quedarse.

—¡Blair!

No, no, no.

Cometió el error de detenerse.

—¿Cuál es la prisa? —dice, con una sonrisa de diablo—. Hiciste un gran trabajo hoy, sé que siempre quisiste ser perfiladora, es un excelente puesto. Felicidades.

Ella asiente con la cabeza. No iba a decirle nada. Si ella estaba en el buró, no era precisamente gracias a él.

—Escuché que van a quedarse esta noche en la ciudad. ¿Y si te invito a cenar?

GOLD RUSH,  spencer reidWhere stories live. Discover now