𝟎𝟏𝟒. say we'll go slow but we never do.

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CAPÍTULO    CATORCEDecimos que iremos lento, pero no lo hacemos🔞    😁

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CAPÍTULO CATORCE
Decimos que iremos lento, pero no lo hacemos
🔞 😁

CAPÍTULO    CATORCEDecimos que iremos lento, pero no lo hacemos🔞    😁

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Aunque Blair pensaba que su cerebro jamás podría compararse al de Spencer, resultaba curioso cómo el par era igual de susceptible a tener su mente en blanco en situaciones mucho más sencillas que las que afrontaba en su trabajo. ¿Por qué era tan complicado para ambos entender que sentían algo de verdad el uno por el otro?

Blair sintió que gran parte de su sistema nervioso estaba por colapsar cuando escuchó la voz de Spence. Decir que pensaba en él era completamente injusto para la situación real: ella estaba desbordándose de lo enamorada que estaba de él, de lo mucho que lo quería y de lo mucho que lo deseaba. Nunca en toda su vida se había sentido de ese modo por alguien y saber que él era la persona que la estaba volviendo loca, le gustaba. No quería sentirse así por alguien más, era el único al que quería amar.

Ella solo pudo asentir con la cabeza, cuando se dio cuenta de que estaba tardando demasiado en responder algo ante el rostro esperanzador de su ángel personal. En respuesta, él la miró con incredulidad, pensando por completo que estaba dentro de uno de sus vívidos sueños en los que Blair le dice que lo ama y entonces lo besa, pero todo parecía demasiado real. Ese tipo de cosas solo le pasaban a él cuando dormía, cada noche, sabiendo que soñaría con ella.

La observó, decidiendo admirarla durante unos segundos. Sus ojos eran la principal razón por la que Spencer se sonrojaba a veces, eran grandes, brillantes y lo intimidaban de la mejor manera posible; casi siempre lo miraba hacía arriba por la diferencia en su estatura, pero él siempre se había sentido minúsculo a su lado, creyendo que ella estaba en un pedestal imposible de alcanzar para un simple mortal como él; sus ojos eran lo primero que había visto de ella, y el par de orbes hipnotizantes fueron suficiente para hacerlo sonreír aquella primera vez.

Cuando no usaba maquillaje, podía mirar los detalles de su rostro que casi nunca permitia que los demás vieran. Sus mejillas y pómulos estaban repletos de pecas que la avergonzaban un poco, incluso a pesar de la cantidad de productos que usaba para cuidar su piel, ella había nacido con esas encantadoras pecas que enternecían a Spence. Sus mejillas casi siempre tenían un natural color rosado por la cantidad de veces en el día que se sentía apenada por algo, como el típico comentario de cualquier persona diciéndole que lucía bonita o por el simple hecho de que alguien le dijera que había hecho un buen trabajo. Eso también la llevaba a sonreír a veces, su sonrisa podría curar cualquier enfermedad, transmitía toda clase de calma. La sonrisa de Blair hacía que Spencer creyera que había paz en el mundo. En su mundo.

GOLD RUSH,  spencer reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora