𝟎𝟏𝟎. i hope that you're okay.

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CAPÍTULO   DIEZEspero que estés bien

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CAPÍTULO DIEZ
Espero que estés bien

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Blair sabía que no podía estar sumergida en melancolía durante mucho tiempo, ni tampoco podía estar mucho tiempo sin trabajar. Así que después de una investigación en su computadora, agendó una sesión con la psicóloga con el perfil y currículum más atractivos para ella.

Había asistido a terapia antes, en Nueva York, justo después de que su hermana murió, pero en realidad solo lo había hecho porque pensaba que era lo que tenía que hacer. No ayudó mucho, tuvo tiempo para prepararse para la muerte de Daisy, aunque fue desgarradora, su hermana siempre le pidió que fuese fuerte, porque sabía lo que le esperaba: lidiar con sus padres no iba a ser nada sencillo.

Unas semanas antes de que Daisy falleciera, Blair atrapó a su padre saliendo de un hotel con una chica casi de su edad. Por más terrible que fuera, no le sorprendía. Fue a su casa ese día a contárselo a su mamá, la mujer que nunca la había querido de verdad, la que le decía que comía demasiado, que cualquier prenda la hacía lucir gorda de una manera bastante despectiva; se puso de pie junto a ella, con toda la compasión y sensibilidad del mundo, para decirle lo que su esposo estaba haciendo. Debió saber que no iba a creerle ni una sola palabra.

Aunque no le importaba que no estuvieran en su vida, la señora Sutton dijo un par de palabras que no podrían salir de la mente de Blair durante los siguientes doce años:

—Tú nunca has sido suficiente para ningún hombre. Para nadie. No intentes hacer que todos nos sintamos de ese modo.

Volvió a ver a su madre solo en el funeral. Y sintió durante toda su vida que, si la persona que la había criado, la única persona que se supone que debía amarla incondicionalmente, le decía algo como eso, era porque era cierto.

Fue algo que descubrió con seis sesiones de terapia, en las tres semanas que estuvo en casa. Hotch la llamaba cada semana para preguntarle cómo estaba, una forma de pregunta cuando estaría lista para volver, a lo que ella estuvo respondiendo que necesitaba algunos días más. Se sintió cuidada con esas llamadas.

GOLD RUSH,  spencer reidWhere stories live. Discover now