Capitulo 7

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Contenido adulto, con escenas eróticas y sexuales.

Los días que pase al lado de Annie en Chicago fueron un verdadero alivio para mí, nos quedamos solas por varios días, Archie tuvo que acompañar a Albert a su viaje de negocios y fue como si volviéramos a ser niñas de nuevo. Nos volvimos a hacer tanta compañía como pudimos hacernos esos días. Annie me arrastro a las tiendas para hacer compras lo que era totalmente innecesario yo tenía en Lakewood un guardarropa impresionante, Albert no dejaba de consentirme con ropa carísima, joyas, zapatos tanto que sentía que no me alcanzaría los días para usarlo, ella lo sabía había estado en mi vestidor en varias ocasiones, pero se empeñaba en llevarme a esas tardes agotadoras de compras. Debo reconocer que nos divertíamos mucho.

Después de una semana aproximadamente, Archie regreso de Boston sin Albert. Él había viajado de forma imprevista a Nueva York. Yo no lo podía creer, otra vez Albert me fallaba, se suponía que mi estancia en Chicago sería por los mismos días de su viaje a Boston, ahora él sin decírmelo se había largado a Nueva York. Estaba furiosa con él de nuevo.

Fue Archie el que me dio explicaciones.

—Por Dios Candy, no pongas esa cara... sabes que puedes quedarte aquí con mi sobrino todo el tiempo que quieras... me dijo Archie. O acaso quieres irte.

Yo lo sabía muy bien, ellos eran mis únicos y verdaderos amigos, querían a William como su sobrino lo mimaban y le daban cariño. No me molestaba quedarme unos días más con ellos, eran verdaderamente generosos conmigo. Era Albert con su comportamiento y sus misterios lo que me afectaba y me desestabilizaba.

—Sé que puedo quedarme, no seas tonto, me encanta estar con ustedes, pero se suponía que Albert no iría a Nueva York hasta dentro de unas semanas.

—Pues me pidió que te dijera que apenas terminé sus reuniones vendrá por ti y por bebé para volver a Lakewood.

—Puedes decirme qué es lo que mantiene a Albert tan ocupado en Nueva York...

—Negocios, Candy, son solo negocios, se ha comenzado a invertir en nuevos negocios y él debe estar ahí tomando decisiones, no te preocupes regresara pronto.

Nunca imaginé que en estas grandes familias ricas y poderosas se manejara el tema del matrimonio igual a como se manejaba un negocio, en ese momento yo no lo veía tan claramente. Yo era tan ingenua que ni siquiera pasaba por mi cabeza la idea de que Albert tuviera ojos para otra mujer, nunca pensé mal de él, porque él siempre me decía que yo era su refugio, que yo lo hacía muy feliz que nuestra vida en Lakewood era lo que siempre había querido y hasta ahora le creo que en verdad me amaba y yo lo hacía feliz.

Desde entonces pasaron dos semanas, y yo comenzaba a sentirme ansiosa. Pensé en varias ocasiones pedirle a un chofer que me llevara de regreso a la que era mi casa. Pero Annie había enfermado de un momento a otro y esto me retuvo a su lado, no podía irme y dejarla sintiéndose tan mal, con gusto me quede a su lado cuidando de ella mientras Archie se mantenía trabajando todo el día.

Annie tuvo fiebre por varios días, nada grave. Yo me mantuve cuidándola, aunque eso significó mantener a William alejado de mi ese tiempo solo al cuidado de Dorothy que había viajado conmigo. Una tarde, ya reestablecida saque a Annie a caminar por la casa y fuimos sorprendidas por la visita de Eliza y la Tía Abuela, desee con mi vida que ese momento no hubiese llegado nunca, tener que enfrentar a esas dos mujeres me alteraba, así que deje a Annie descansando cómodamente en el sofá de su salón de té y me escabullí de ahí. Pobre la deje sola con la arpía y la intransigente señora Elroy.

Me negué a lidiar con Eliza y sus desplantes y groserías. Estaba harta de la familia Andrew la verdad. Esa tarde mientras escapaba a la habitación donde estaba mi pequeño hijo escuché a la Tía abuela reclamarle a Annie no haber acompañado a Archie a una fiesta y al parecer ella se negaba a ir a otro de esos eventos, en lo que por supuesto yo nunca estaría incluida. Fue la primera vez que escuche el nombre de Cassandra Backhouse, pero no le preste la debida atención. Eliza le reclamaba a Annie que no podía volver a hacer un desplante a esta Cassandra.

Mi PecadoWhere stories live. Discover now