Capitulo 20

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Había pasado un mes insufrible para los miembros de la compañía Stratford, desde que Terry se presentó puntual como siempre a la presentación de 26 de diciembre y los días subsiguientes. Ni siquiera Karen con su también humor ácido había podido apaciguar la amargura que el mejor actor de Broadway dejaba a su paso. Como nunca estuvo taciturno, y antisocial, hasta Robert Hathaway temía hablarle por miedo a que el joven hombre se lo tragase vivo con una de sus respuestas.

Estuvo empecinado en no salir de su camerino más que para hacer su presentación, luego bajar del escenario y volverse a encerrar allí. Luego se iba a su departamento y ahí se quedaba no aceptaba invitaciones de Eleanor, y mucho menos de Karen.

Pasaba largo tiempo asomado a la ventana de su habitación, fumando pensando solo en ella viendo a las personas caminar en las calles, mientras se mantenía allí recluido, huyéndole a todo y a todos. Sentía un pinchazo en el corazón cada vez que la recordaba, desnuda bajo su cuerpo dejándose amar por él. El dulce sabor de los besos fue sustituido por el sabor amargo del rechazo. Terry se sentía rechazado, pero no por cualquier causa, entendía que la causa del rechazo de su pecosa, era por una causa que sería superior a la suya. ¿Cómo permitir él que Albert repitiera una escena semejante a la vivida esa tarde de navidad? ¿Cómo volverse a acercar a ella sin que tuviera miedo?

Había vuelto a experimentar unas horrendas pesadillas, de las que despertaba jadeante, sudoroso, emitiendo sonidos inentendibles, esas horribles pesadillas estaban asociadas a Candy, a la noche en que se separaron en esa misma ciudad a donde él dormía, y la triste vida que le sucedió después de aquella separación tan cruel en las escaleras del hospital.

Por eso había cortado toda comunicación con Candy de nuevo, al decir verdad ella tenía su número telefónico y tampoco lo había llamado, durante las fiestas de fin de año no le hizo ni siquiera una llamada, Karen se daba cuenta de que algo había pasado con la rubia pecosa, porque su amigo había hecho de muy buena gana el viaje desde Nueva Orleans a Boston muy animado, si se quiere alegre, pero había regresado dos días después a Nueva York con una actitud extremadamente agria.

No te atrevas a decir te quiero
No te atrevas a decir que fue todo un sueño
Una sola mirada te basta
Para matarme y enviarme al infierno

Candy sin quererlo o no lo había enviado directo al infierno.

Flashback.

—¿Terruce Grandchester en serio harás el viaje hasta Boston? Tenemos presentación el 26 en Nueva York, necesitas descansar. Candy entenderá si vas a verla en otra ocasión.

—Estaré de regreso a tiempo no seas necia Karen. Han pasado muchas semanas desde que no la veo, en verdad necesito y quiero ir a verla.

—Al fin te le vas a declarar...

—ah, ahora estás hablando estupideces...

—Cuáles estupideces, mírate estas desesperado por llegar a NY y continuar a Boston... eso sólo se parece a un hombre enamorado loco por declarar su amor

—Qué sabes tú de declaraciones de amor...

—Por qué no terminas de decirle que la amas, que te mueres de amor por ella, es la verdad, basta verte cuando te mencionó el nombre Candy, o mejor ¿cómo es que tú le dices? pecosa... Karen vio como una sonrisa se dibujaba en los labios de Terry. Vamos no puedes seguir perdiendo el tiempo de esta forma, no dijiste que ya no está con el padre de su hijo... es tu oportunidad Grandchester.

—No es tan sencillo...

—¿Y qué es lo complicado?

—Todo Karen, todo es complicado.

Mi PecadoWhere stories live. Discover now