Capitulo 16

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Terry me esperó en la puerta del hospital tal como dijo que lo haría apenas una hora antes, cuando hablamos. Eso nos tomó llegar al hospital infantil. Apenas el auto aparcó frente a las escalinatas de aquel edificio él se acercó al chofer para pagar su servicio. El hombre se había portado muy interesado en llegar una vez le dijimos la urgencia que teníamos de llegar lo antes posible, sorteó el tráfico hábilmente hasta conseguir la mejor ruta para llegar sin perder el valioso tiempo que mi hijo no tenía de sobra.

Terry me arrebató a William de los brazos sin ser brusco, lo hizo con gran destreza, en verdad yo me sentía muy débil, pero aún con tal debilidad yo hubiese atravesado Manhattan con mi pequeño príncipe en los brazos y no me hubiera pesado más que una pluma. Él le imprimía serenidad a la ya difícil situación, aunque yo mantuve el aplomé, tenerlo allí a mi lado fue de una gran utilidad...

—¡Por favor, requiere atención urgente! dijo apenas llegamos a la sala de emergencias.

Yo me moví tan rápido como él, y comencé a contestar las preguntas que hacía la enfermera de turno. Desdoblé el informe que me había entregado el doctor Miller y se lo entregué de inmediato.

—El médico que lo vio en Brooklyn sospecha qué es escarlatina, pero por mi experiencia he comenzado a dudarlo... le dije a mi colega.

—¿Y usted qué experiencia tiene, es acaso doctora?... me contestó con brusquedad.

—Soy enfermera, al igual que usted.

—Entonces debería saber que su opinión no cuenta... rápido llevémoslo adentro tiene mucha fiebre...

Sus palabras no me afectaron, me pareció escuchar a Flammy o a Mary Jane. Terry arrugo el rostro, sé que estaba a punto de perder la paciencia, pero le rogué con la mirada que se mantuviera callado. Me moví para seguir el pequeño cuerpecito de mi príncipe, pero otra enfermera más amable me detuvo.

—Disculpe, si eres enfermera sabes las reglas, no puedes pasar... te traeré noticias apenas las tengamos... señor, dijo mirando a Terry, por favor llene los formularios con mi compañera en la estación de admisión, su hijo estará en buenas manos, usted y su esposa pueden esperar allí, y señaló las sillas de la sala de espera.

Caminé hasta Dorothy y nos tomamos las manos, ella me llevó hasta las sillas, ahí me derrumbé. Terry se sentó a mi lado.

—Pecosa descansa un momento, iré por los formularios.

Terry con una calma que yo le envidiaba se movió hasta la estación de enfermeras y trajo los papeles en un portapapeles de madera. La extendió hacía mí, pero yo estaba demasiado aturdida para tomarla.

—La puedes llenar tú por favor... le pedí.

Él asintió de inmediato, y comenzó a preguntarme para apuntar. Me miró cuando llegó al renglón donde pedían el nombre del padre y de la madre.

—Sólo pon mi nombre. Le pedí. Él es sólo es White...

—Pecosa... no... William es un Andrew. Albert le dio su apellido antes de casarse con esa mujer... me lo dijo la última vez que nos vimos.

—No es posible.

—Sí lo es, no creo me haya mentido, al menos no con eso.

—Estás seguro? Pero... la Tía Abuela no lo aprobaría, ella no deseaba que William llevara el apellido Andrew.

—Pues creo que lo hizo de todas formas.

Aun bajo mi estado de incredulidad, Terry apuntó que William A. Andrew era su padre y su nombre era William Albert Andrew, como su padre. Terminamos el papeleo, y avergonzada vi como Terry entregaba un cheque en blanco para cubrir la cuenta.

Mi PecadoWhere stories live. Discover now