Capitulo 22

1K 98 153
                                    

Llegué a casa de Annie y Archie después de cenar con Terry en un pequeño lugar que al parecer es uno de sus favoritos porque es tranquilo, y nadie se acerca a molestarlo. Ya lo conocen, así que debe frecuentarlo bastante. Yo me encontraba muy nerviosa, no sé porque temía de la reacción de Albert al verme llegar tan tarde. En verdad temía de su reacción cuando le dijera que estaba comprometida con Terry. Ni yo misma podía creerlo, me iba a casar con el amor de mi vida, con mi guapo arrogante inglés, con un hombre al que creí inalcanzable por algún tiempo. Jamás pensé que Terry y yo tendríamos al menos una oportunidad después de lo que pasó entre Albert y yo. Pero él me ha demostrado todo lo contrario.

Toque el timbre después de calmarme, una mucama enseguida abre, y no sé porque resulté tan sorprendida por lo lujoso de lugar, desde el vestíbulo se podía ver lo moderno y exquisita que era la decoración, me reí internamente, definitivamente ese lugar tenía el sello de Archie.

—Los señores están en la sala tomando café señora.

Entre con algo de timidez era la primera vez que vería a Annie después de mi distanciamiento. Pero todo fue tan natural entre nosotras, apenas me vio y yo la vi con su pancita de embarazada caminé hasta ella con el único propósito de abrazarla, de decirle cuan feliz era de que pronto se cumpliría su sueño de ser madre. Nos tomamos de las manos y apenas nos separamos para que yo apreciara su vientre, y lo bonita que se veía así de encargo.

—¡Te ves preciosa embarazada Annie!

—Candy... te extrañe tanto.

Las dos nos volvimos a abrazar y fue inevitable que lloráramos abrazadas.

—¡Ya! Parecen dos magdalenas... todo está bien, todo estará bien de ahora en adelante, ¡no es así señoras! Dijo riendo Archie.

Con tantas emociones yo olvidé por completo a mi propio hijo. Y después de limpiarme las lágrimas con un pañuelo (de Terry) pregunté por mi pequeño príncipe.

—Está en la habitación de huéspedes, Albert lo llevó a dormir.

—¿Albert está todavía aquí?

—Sí, te está esperando. Te llevare a la habitación... me dijo Annie y enseguida me condujo por el amplio pasillo que llevaba a las habitaciones, a la vez que me mostraba el departamento.

Desde el quicio de la puerta observé una imagen bellísima, Albert contemplando a nuestro William mientras él dormía ya. Entre sin hacer ruido, me senté detrás de Albert y coloqué mi mano en su hombro, no me esperaba, y apenas se giró a verme vi que estaba llorando. Lo entendí completamente, sabía que esa decisión de marcharse tan lejos sin fecha de regreso debía ser muy dolorosa para él.

Avergonzado se limpió las lágrimas y se puso de pie.

—No te escuche llegar.

—Acabo de hacerlo.

—¿Estabas con Terry?

—Sí.

—Me tengo que ir, todavía tengo que revisar documentos, y ver a Georges.

—Albert.

—Si pequeña.

—En verdad lamento que vayas a irte. Separarme de ti nunca ha sido fácil.

—Lo sé, pero todo va a estar bien. Yo voy a estar bien, los voy a extrañar mucho, quiero que lo sepas.

—Nosotros a ti también.

Albert me tomó el rostro con una de sus manos, y me miró tiernamente a los ojos.

—Lamento haberte lastimado... nunca quise hacerte daño porque te amo con mi alma pequeña, y espero que algún día tu puedas perdonarme por todo.

Mi PecadoWhere stories live. Discover now