Capitulo 11

851 107 176
                                    

Contenido adulto, con escenas eróticas y sexuales.

Candy todavía no salía del estado shock, ni siquiera sabía a donde estaba, pues ella sólo había sido capaz de seguir a Terry sin importar a donde él la había llevado. Estaban en una cafetería, antes habían estado sentados en la banca de un parque cerca de la Catedral. Allí la había llevado él para que ella se calmara un poco. Pero hacía frio y ella estaba muy pálida y las bajas temperaturas comenzaban a afectarla.

—Toma tu café antes de que se enfríe... Candy estaba con la mirada perdida viendo a través del vidrio a cualquier lugar.

—Debiste decírmelo, ella volvió a reclamarle a Terry no haberle dicho la verdad sobre Albert.

—Ya te lo dije, no era mi papel decírtelo, entre cosas porque creo que no me hubieses creído. Cómo iba yo a decírtelo cuando es muy claro que siempre he tenido interés por ti. Acaso es un secreto que eras mi novia, que no estamos juntos por una única razón, por Susana. ¿Acaso me hubieses creído?

—Claro que te hubiese creído, no eres un mentiroso Terry.

—¿Desde cuándo lo sabías?

—estuve en el anuncio de su compromiso

—Qué, ¿cómo... te invitó?

—Espera pecosa, déjame explicarte. Fui a una fiesta a la que Robert nos obligó a ir a Karen y a mí, yo ignoraba que en esa fiesta se iba a anunciar el compromiso, fue todo muy sorpresivo. Fue el mismo día del nacimiento de tu hijo...yo enfrenté a ese malnacido y me dijo que William había nacido esa misma mañana...

—¡Se pelearon! ¿Tú lo golpeaste? ¿Fuiste tú? Me dijo que había estado jugando póker y todo se salió de control. Me mintió, me ha mentido con todo, todo este tiempo...

—En un mentiroso... Ya no pienses más en eso pecosa. ¿Dime qué piensas hacer ahora? Regresaras al hogar de Pony.

—No voy a volver al hogar, es lo único que sé por ahora. Eso y que debo buscar un puesto al algún hospital.

—Te quedarás aquí en Nueva York o hablas de Chicago?

—Hablo de quedarme aquí en Nueva York.

—Es una gran noticia pecosa. Te pediré otro café... este ya se enfrió.

—Tengo que volver con William.

—Pero antes, toma un café caliente y come algo, estás pálida. Apuesto a que no has probado bocado en horas. Come y te llevo a... a dónde te estas quedando, por cierto.

—Me quedó en el hotel al que me llevaste cuando viene al estreno de Romeo y Julieta

—ok este es el trato, comerás al menos un sándwich y beberás algo caliente. Y te llevaré allá.

Terry pidió los sándwiches y más café y se aseguró de que Candy comiera al menos algo, antes de salir de la cafetería y llevarla al hotel. Mientras caminaban pasaron por un parque, sin decir nada Candy caminó hasta allí y se sentó en una banca. Terry la siguió en silencio.


****

Él me desconcertaba, se sentó a mi lado y me ofreció su mano, la tomé sin dudarlo, observe como se la llevo a sus labios y depositó un beso en ella. Por Dios, jamás lo habría hecho en el San Paul, ni siquiera en Escocia donde pude conocerlo mejor. Físicamente era casi el mismo, no había cambiado mucho, ahora era más buen mozo, un poco más alto, su cuerpo era el de un hombre, pero su alma era la misma, si había madurado, pero era el mismo jovencito del que me enamoré en Londres.

Mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora