17. Llamalo como quieras

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Christopher

Nunca había estado tan nervioso por una cita en mi vida entera, es como si la expectativa de lo que pasara, de un posible rechazo me hiciera sudar de miedo y alegría al mismo tiempo. No se cuantas veces me he repetido a mi mismo que tengo el control, muchos dicen que si lo manifiestas sucede, tal vez deba empezar a prender mis velitas y buscar un amarre de esos de youtube que dicen "Haz un amarre en tres pasos"

Reserve una mesa en el hotel ritz de Roma, tal vez no sea el mismo lugar de hace años, pero creo que en cierto modo es romántico volver al inicio y aunque fue una mierda antes, no esta en mis planes repetirlo, antes era un idiota que nunca penso en nadie más que en si mismo, y ahora probablemente siga siendo un idiota, pero por lo menos ya no pienso solo en mi.

Así que llamalo como quieras, pero yo a eso lo llamo amor, de ese amor puro y adictivo, del que nunca tienes suficiente, eso es Gabriela para mi, ella es mi luna y mi sol, mi tristeza y mi felicidad, mi noche y mi día, ella es mi todo, y si hay algo de lo que nunca me arrepentiría es de haberla conocido.

Eramos perfectos antes, ahora y muy probablemente tambien en el futuro. Y aunque hace años eramos la persona correcta en el tiempo incorrecto, hoy pienso que este es el final del juego, es un ganar o perder, pero estoy más que dispuesto a entrar en su juego si eso me da aunque sea una pequeña oportunidad de ganar.

Porque no hay absolutamente nada que no haría por ella.

Toco su puerta en golpes suaves, y lo que me espera detrás me deja boquiabierto. Trago lentamente con cuidado de no atragantarme de la sorpresa.

Luce más que perfecta, luce como un angel y un hermoso demonio que me guiará a mi perdición.

Luce un vestido rojo de corte recto en el escote, con magas delgadas y un ajueste en la cintura que es una guía para una falda espectacular que le llega unos cuantos centimetros arriba de los tobillos. Su vestido tiene flores bordadas con piedras que realmente no se de que material sean, pero en cuanto tenga tiempo mandare a mi inutil asistente a que le consiga el exacto modelo y los bordados sean de diamantes.

Si lo tienes, date el lujo, es lo que siempre decia el despreciable de mi padre, pero quitando a la persona fue un buen consejo, aunque el lo llevo muy lejos, volviendose un derrochador.

El punto es que Gabriela se ve impresionante, vestido rojo, tacones dorados y cabello marrón suelto a lo largo de su espalda.

-Te ves...wow- le dedico una sonrisa y miro hacia ningun punto en especifico tratando de encontrar la palabra correcta que la describa- mucho más que simplemente hermosa, luces maravillosa.

Sus mejillas se tornan un nivel de rojo demasiado tierno.

-Gracias- se acomoda el cabello detrás de la oreja y cierra la puerta tras ella.

Hace unos minutos que envie a 3 guardaespaldas mujeres y un guardaespaldas hombre para cuidar a Olive, no es que desconfie de mis hombres, pero quiero que Olive se sienta segura, además de que contrate a una niñera especializada en niños de gente de un poder adquisitivo mucho más grande de lo que cualquiera pudiera contar.

-¿eso es para mí?- señala la caja de terciopelo rojo que sostengo en mi mano.

-Ah- miro la caja y luego a ella- Si, es para ti-abro la caja y saco de ella un collar de diamantes y topacios amarillos la piedra de su mes de nacimiento- ¿me permites?

Ella da media vuelta y retira su cabello lo que me da un fuerte deja vú de tantas veces que he hecho esto. Regalarle collares es una de mis actividades favoritas porque me permite estar más creca de ella, de saborear el dulce perfume que siempre usa y de tocar inocentemente la piel descubierta de su cuello.

Casada con el CEO ©Where stories live. Discover now