9. La subasta

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Los rayos del sol se colaban por las pequeñas aperturas de las cortinas y como ya se estaba haciendo costumbre desperté sola, pasaron dos semanas desde mi cumpleaños y Chris estaba lleno de trabajo o eso decía, me sentía algo avergonzada luego de lo que pasó la noche de mí cumpleaños, por lo que procuraba pasar mucho tiempo en la oficina.

Me levanté de la cama y me puse una bata para ir a desayunar al comedor.

Bajé y para mi sorpresa vi a Danielle, Archibald y sus dos endemoniados hijos en el comedor.

-Buenos días- expreso Chris, sonriendo.

Caminé y me senté en la silla de su lado derecho.

-Buenos Días, Gaby.

Le devolví el saludo a Danielle y comencé a servirme algo apenada por mis fachas y es que dios no deja de enviarme momentos para hacer el ridículo.

No escuche la charla que tenían puesto que no me interesaba en lo más mínimo, todavía mis neuronas se estaban despertando, hasta que un chisme llamo mi atención.

- ¿Irán a la subasta esta noche? -pregunto Chris

-Por supuesto que iremos, uno de mis diamantes lo subastare allí- Comento Archie.

Creo que olvide mencionarlo, pero Archie es dueño de una de las joyerías más prestigiosas del mundo.

-Dicen que se recaudaran muchos fondos, así que porque no aportar un poco

-Yo diría que aportarías mucho con lo mucho que donas a la caridad comprando objetos innecesarios- Elle le saco la lengua a su hermano.

-¿Ustedes subastaran algo? - pregunto Carrington.

-Nada en especial solo la pintura de allá. - señalo la obra de arte.

¡Es preciosa!

-¿No era de tu padre?

-así es, es algo anticuada y no encuentro donde colgarla así que ¿por qué no donarla? -explico Chris

-Que generoso de tu parte, hermanito.

...

Me vestí con un vestido negro un poco abajo de las rodillas, es muy elegante, tacones negros, cartera plateada y un tocado en el cabello del mismo material.

-¿Para qué institución se ira el dinero?

--Para la caridad de la abuela, ayuda a los niños, adultos y ancianos con cáncer.

-Debe ser muy lindo saber que aportas a que se recuperen.

-Lo es, pero ya sabes la mayoría de las mujeres y hombres ricos quieren demostrar que son mejores que los demás, no van a esos eventos porque quieran ayudar, solo quieren fanfarronear entre ellos cuánto dinero tienen.

- Suena horrible.

-Así es este mundo, sobrevivimos por pura hipocresía.

- ¿tú te consideras uno? - lo mire expectante.

-No, bueno no la mayoría del tiempo- me dedico una sonrisa de lado.

...

-¿cuál es tu color favorito? - pregunté de la nada, el camino se me estaba haciendo eterno, así que por qué no distraerme un rato.

Me miró extrañado.

-Es que se tan poco de ti, que quisiera...

-Está bien, me gusta mucho el negro, especialmente cuando lo veo en una mujer como tu- no pude evitar sonrojarme.

Casada con el CEO ©Where stories live. Discover now