capitulo 3

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Hermoso y brillante tercer día de vacaciones, estoy que me tiro de la ventana si hoy vuelvo a casa sin conseguir aquel trabajo. Hace dos días he estado entre la casa y las miles de zonas en donde puedo conseguir un trabajo de lo que estoy estudiando.

Hace dos días no tengo ninguna maldita suerte, aparte que a veces llego a la entrevista tarde, o con alguna mancha, o comienza a llover cuando claramente el clima en la televisión dijo que iba hacer un día soleado y sí, eso me pasó en solo dos días.

—¡Lía!—me grita Sebastián tocando la puerta de mi cuarto.

Ni mi alarma es tan puntual.

—¡Estoy despierta!—contesto levantándome, haciendo que las sábanas se enreden aún más en mis piernas y cuando intente apagar mi despertador caiga de bruces al suelo.

Creo que escuché el crak de uno de mis dientes.

Mi mejor amigo entra al cuarto con una secadora en su mano derecha y en la otra una lata de aerosol de noseque.

—¿Qué sucedió? ¿Por qué estás en el suelo con la mitad de tu cama? Y tu reloj en la ventana a nada de caer... No, si se cayó, ¿sabes qué? Mejor no me digas, temo la respuesta—vuelve a salir del cuarto sin que le dé respuesta y yo solo pregunto ¿cómo carajos llego mi reloj allá?

Comenzamos bien el día, ahora sé que mi mala suerte estará peor que en otras veces, hoy debería prepararme para todo. Tengo la entrevista a eso de las ocho, será en una empresa de construcción y es lo mejor que me ha sucedido en esta semana.

Un trabajo en "Inversiones D&M", es como ir a tomar té con la reina lagarto de Inglaterra, esa señora tiene más edad que la tierra y todos los humanos juntos.

Debería ya estar muerta, pero como dicen hierba mala nunca muere. Esa mujer es radioactiva para nunca estirar la pata.

Cuando entro al baño, noto la peor de las cosas en el mundo, un grito sale de mi garganta y lo primero que hago es tropezarme con la puerta y dándome de nuevo con el suelo.

Miro a esa repugnante. Asquerosa. Fea cosa de la vida. Una cucaracha.

¡Y LA MALDITA ESTÁ CAMINANDO A MI DIRECCIÓN!

—¡Sebastián!—grito con terror levantándome rápido, el nombrado entra por mi puerta.

—¿Qué sucede, Lía? Estoy en medio de mi depilación de... —se detiene al ver que está diciendo y me mira, yo estoy enarcando una ceja ante el tono de su voz—, en medio de depilarme los huevos, eso iba a decir, ya sabes soy bien macho.

Niego. No puedo creer que me seguía ocultando algo así, me hace dudar de sí se siente cómodo y confiado conmigo.

Ignorando aquello antes de que me deprima señaló mi baño.

—¡Cucaracha!—exclamo aterrada al ver como la cosa vuela.

¡Mierda! Me va a comer.

Sebastián rueda los ojos ante mi expresión de terror y mira el baño, sin notar que aquel horrible monstruo vuela detrás de él.

—Lía, ya hemos tratado este tema. Eres más grande que la cucaracha solo debes pisarla—me explica y yo en medios de balbuceos intento decirle que la cucaracha se está acercando—, agarras el zapatos, te volteo y...-Por fin la notó, y quedó igual que yo- y quemas el baño—cierra la puerta y me mira.

Es igual de miedoso que yo cuando la cucaracha vuela.

Si no saben, les tengo terror a las arañas y cucarachas o cualquier animal que se arrastre y vuele.

La mala suerte de Lía [Trilogía "Gato Negro"]Where stories live. Discover now