La mala suerte de Lía [Trilogía "Gato Negro"]

Capitulo 13

En el momento en que me aprieta para acercarme a su cuerpo, lo empujó. 

—¿Estas loco?—chillo volviendo a empujarlo—¿Por qué me besas de la nada?

Este parece un poco desconcertado por mi repentino movimiento, se toma unos segundo para volver en sí y me mira asustado. 

—Lo siento—murmura. 

—¿Crees que besarme a la fuerza se arregla con un "Lo siento"?—cuestiono sarcástica. 

Este solo mira a un lado sin dejar de repetir la misma palabra. 

—Lo siento, lo siento, lo siento. 

Ok, esto si esta raro.

—Esta bien, ya deja de decirlo, te perdono—le digo acercándome. 

—Lo siento, perdón, no quería hacerlo, yo no quería...—Me asusto ante sus palabras y no entiendo lo que le pasa, me acerco a él. 

—¿Oye estas bien? ¿O te empuje muy fuerte?—pregunto, al tocarlo noto que esta sudando frío. 

Esta entrando en una especie de ataque de pánico o algo asi me dijo mi doctora que las personas entrar en un ataque de pánico o ansiedad, ya ni me acuerdo. 

—Perdona, perdona—murmura agachándose. 

Me posiciono frente a él, intentando recordar las palabras de mi doctora. Estoy nerviosa, no sé qué hacer, es mi primera vez intentando calmar un ataque de ansiedad o pánico. 

Esto me pasa por no leer los libros de mi tía. 

—Respira conmigo, Dargan, no pasa nada, No pasa nada—Digo en el momento en que le quito las manos de su cabeza y las coloco en mi pecho. 

Que afortunado este desgraciado, tocando mis atributos.

—Lo siento—comienza a llorar—Lo haré bien, yo… yo puede, por favor no al cuarto...—su ojos se cierran y yo me asusto al escuchar el golpe en la puerta. 

Dargan se había desmayo, me levanto rápido y abro. 

—¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA!—Grite y todos me voltearon a mirar y rápidamente hicieron lo que dije. 

El secretario de Dargan mira adentro de la oficina y se asusta al verlo en el piso. 

—¿Qué le pasó?—pregunta. 

Yo me pongo toda nerviosa. 

—Tuvimos una discusión, le levante la voz mientras lo empujaba y comenzó a respirar fuerte mientras miraba a un rincón y dudar frio—digo rápido, evitando la parte del beso. 

El secretario asiente. 

—Son los leves ataques que tiene Dargan—dice tranquilo, esperamos unos mínimos en que los paramedicos llegaron y lo subieron a una camilla. 

Los acompaño hasta la entrada, asustada y con muchos nervios. 

Estoy demasiado preocupada por este idiota irlandés que casi me demanda un día. 

Mi corazón se detiene por unos segundos y mi respiración se cierra al ver como comienzan hacerle exámenes para ver si esta respirando bien y si tiene pulso. 

El miedo me invade. 

—¿Quien va con nosotros? necesitamos llegan al hospital—dice. 

El secretario se iba a subir, pero no lo deje y me lance primera. 

—¿Qué eres de Dargan?—pregunta el secretario. 

Yo lo miro sin titubear. 

—Su novia—contestó.