Capitulo 7

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Y sí, efectivamente desde el comienzo todo fue de mal en peor. 

La carta que recibimos para pedir tenía nombres más raros que la escritura azteca y lo único que pude distinguir de todos los platillos fue pasta con carne molida. 

Miro al irlandés que fue sentado obligatoriamente frente a mi, al lado de Jessica, para decirles que no tengo ni idea de que pedir. 

Me susurro en un pide lo que te guste, así que pedí los espaguetis con papas en rodajas fritas sazonadas.

Esperando que fueran como las de McDonald's. No es mi culpa que nunca haya probado esta clases de platillos, es que no tengo la estabilidad económica económica para gastar en hacerlos o comprarlos y para ser sincera mi paladar es como de una niña de 7 años.

Mi jefesito sonrío al ver lo que pedí, pero su madre no más hizo una mueca mientras agarraba lo que creo que es pescado o algún animal marino para comerlo. 

Y todos habían pedido lo mismo. 

Que gustitos bien refinados tienen alguna gente con plata. 

—¿Jessica, sabias que mi hizo sabe hablar 3 idiomas?—le dice animadisima, la señora. 

Jessica como si no fuera nada, solo sonríe y mira a, el hijo de la bruja piruja, muy picaramente. 

Yo si miro asombrada a mi jefe, tres idiomas, le echo ganas yo de vainas y se 4, y dos de esos es español de Europa y español venezolano. 

—¿Tres idiomas? ¡Debes mostrarme cuáles son!—le digo como si nada al irlandés, este sonríe abiertamente mientras asiente como niño chiquito. 

Su mamá me voltea a mirar por lo duro que hable. 

—¡Ay, a mi también enséñame cuales son los idiomas que manejas!—dice con entusiasmo o eso creo, Jessica. 

Bueno, aparte de interesada también salió buena para el teatro. 

Podría hablar con Dieter para que le den un lugar en su empresa de actores, le haría bastante bien.

Y si preguntan sí, toda la cena estuvo la mamá del irlandés insinuandole a Jessica que era la mejor mujer para su niño ya grande, y como si no fuera poco también me hacía quedar algunas veces mal porque trabajaba para él y no tenía familia riquilla como ella. 

¡Ay, señora, como si eso me interesará! 

—Para finalizar, podemos concordar el compromiso con mi hijo—le habla a los padres de Jessica. 

Los cuales se les notaba, igualmente de incómodos que todos los demás integrantes, las palabras de la señora karen mientras yo estaba presente. 

Mi jefesito me golpe debajo de la mesa para llamar mi atención, cosa que llamó la de todos porqué levante mi rodilla por el dolor y por instinto. 

—¡Ups, disculpen!—le mando una mirada asesina a mi novio falso de la noche. 

Esté solo señalaba el teléfono, mientras su madre decía que tenía poca decencia al hacer eso. 

Miro el teléfono rodando los ojos, observo claramente un mensaje de mi jefe en él. 

El vejestorio irlandés: Interrumpe las conversaciones de mi madre con los padres de Jessica, ahora, Lía. 

Yo: Soy tu novia, un poco más de respeto ¿y para qué quieres que la interrumpa?

Me responde al instante, lo que me tomó por sorpresa. 

El vejestorio irlandés: Es una orden, Lía, se supone que eres mi novia debes ayudarme con lo del compromiso 

Yo: Okis, pero en mi contrato de una noche, no me decías nada sobre esto, te va a contar caro, jefesito :). 

La mala suerte de Lía [Trilogía "Gato Negro"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora