Capitulo 16

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Me miró nuevamente en el espejo, me arregle mucho ¿no se verá exagerado? 

—Te ves bien, Lía—dice sebas en la puerta ya listo para una camisa blanca clásia con otra azul oscuro por encima y unos pantalones azul oscuro, le quedaba realmente bien el la vestimenta a su lado una maleta de viaje y un bolso—, deja de verte al espejo que este no va hablarte. 

Ruedo los ojos y me volteo colocando mis manos en las caderas. 

—¿Y tú qué?—él se señala sin entender, señalo su maleta—¿Te vas de la casa? 

—Te dije que me iría por unos días.

—Yo pensé que te estabas mudando con esa maleta que llevas. 

Él se agacha y le pega a su maleta. 

—Aquí va todo lo esencial para solo 3 dias—dice orgulloso. 

—Hay llevas un año de tu cuarto—me burlo. 

Me iba a responder pero la llamada entrante en su bolsillo lo detiene y lo saca para contestar. 

—¿Bueno?—dice y me quedo observándolo por un momento hasta que me doy cuenta la hora, faltan dos minutos y no me he puesto las zapatillas. 

Al encontrarlas en mi armario, me siento en la cama mientras me las coloco, estoy emocionada y algo nerviosa. 

—Lía—me llama Sebastián nuevamente. 

—Dime. 

—Me voy, cuida la casa y a la pequeña gata—dice tirándome un beso mientras se aleja. 

—Que te vaya bien en tu viaje—le digo parada en la puerta con unos solo tacón puesto—, me buscas algún italiano guapo—añado juguetona. 

Este se ríe hasta que mira al ascensor, por donde se baja Dargan, su pelo ya no está con la gelatina y el peinado que siempre cargaba tampoco, mi boca se abre un poco al notar la ropa que cargaba y que lo hacia lucir muy bien. 

Pantalones de vestir negros con una camisa mangas largas en un color beige sus zapatos clásicos de vestir y un abrigo también negro de algodón.

Se ve tan bien. 

Sebastián carraspea para que salga de mi trance, volteo a mirarlo y este me mira con una sonrisa pícara en sus labios. 

—que te vaya muy bien en tu cita—enfatiza el muy y sí entendí lo que quiso decir el desvergonzado ese, pasa por el lado de dargan saludandolo y entrando al ascensor mientras me hace una señas con la mano y me deletrear algo en silencio. 

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Mis ojos se abren de golpe y me ruborizo toda. 

Yo le hago una señala pasando mi mano por el cuello, en señal de "Te voy a matar cuando vuelvas" y este solo me tira un beso antes que el ascensor se cierre. 

Miro a Dargan con una sonrisa sin quitar lo roja que estaba por la vergüenza. 

—Hola—saludo. 

—¿Así que italianos, eh?—pregunta algo molesto. 

Mierda, lo escucho. 

—Era broma, lo juro—le digo rápido mientras suelto el marco de la puerta, sin acordarme que solo tengo un tacón puesto. 

Mi muy mal equilibrio hace que me tambalee y me vaya para atrás, Dargan me intenta agarrar pero se choca con la alfombra haciéndolo caer encima de mi. 

—¡Mierda!—masculla por el dolor de su mano, tal vez, que se golpeó con mi cabeza—, tenías que ser un imán de caídas—añade sonriéndome. 

Me río por los nervios y la escena. 

La mala suerte de Lía [Trilogía "Gato Negro"]Where stories live. Discover now